Todo sucede rápido en la transferencia británica del poder. Primero, la jefa del Gobierno saliente abandona la residencia y se dirige a ver al rey para comunicarle que deja de ser primera ministra. Luego se pone en marcha la caravana del nuevo jefe de Gobierno camino del mismo Palacio de Buckingham para convertirse en ese momento en el nuevo primer ministro. Lo siguiente: el corto viaje hasta el diez de Downing Street para prometer que arreglar los errores de su antecesora. Ella se había despedido sin arrepentirse de nada. Hay que recordar que son del mismo partido. El único que no parecía desconcertado es el gato que va por su quinto dueño. Antes de acabar el día Sunak ha lanzado un mensaje a los mercados nombrando ministro de economía al centrista Jeremy Hunt, que fulminó el plan de impuestos de Liz Truss. En el gabinete habrá representantes del ala derecha y partidarios de Boris Johnson. Todo por la paz en el partido.