Los días en los que Elon Musk fue asesor clave del presidente estadounidense Donald Trump han terminado. Por ahora. El magnate tecnológico se ha despedido este viernes de su rol como líder del mal llamado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés), una controvertida iniciativa con la que ha ordenado el despido de miles de funcionarios y la supresión de todo tipo de programas públicos con la intención de recortar el gasto de la administración.
Con o sin Musk, Trump ha dejado claro que los esfuerzos de su administración por recortar la burocracia federal seguirán adelante. "DOGE es como el budismo, es una forma de vida que seguirá impregnando todo el gobierno", ha prometido el polémico empresario, que ha comparecido con un moratón cerca de su ojo derecho. El presidente también ha señalado que Musk "no sé irá" realmente, dejando la puerta abierta a que regrese a Washington de vez en cuando.