Sigue activo, virulento, descontrolado, devorando sin parar masa forestal, 3.600 hectáreas y subiendo. Los que luchan cara a cara contra el fuego se enfrentan a dos problemas: lo escarpado del terreno y el viento. Un trabajo incansable y peligroso, que ya le ha costado la vida a un bombero de 44 años, perteneciente al retén de Almería, que ha fallecido en la tarde del jueves durante las labores de extinción.