Lejos de extinguirse, las llamas cogen fuerza. Aunque este viernes el viento ya no sopla con tanta intensidad, todavía es capaz de reavivar los rescoldos. El fuego avanza sin control y ya ha arrasado más de 3.000 hectáreas y se ha cobrado la vida de un bombero de 44 años que participaba en las labores de extinción. Una noche interminable. En la que sus compañeros luchan cara a cara contra las llamas que amenazan esta gasolinera en la AP7.