Los internos de la prisión de Lleida donde también está Pablo Hasél saludaban desde las ventanas en una de las manifestaciones. El rapero no quiere compartir celda con ninguno de ellos. Se considera un preso político y como tal exige estar solo, no como el resto de presos comunes, incluso amenaza con negarse a entrar en una celda compartida. Tampoco va a hacer trabajos extra en prisión para conseguir beneficios penitenciarios. Desde la cárcel ha seguido las movilizaciones por su condena, así como los altercados, que considera una forma de protesta más. Para el rapero solo hay violencia policial e insiste en que no se arrepiente de nada y exige su salida inmediata de la cárcel.