El volcán está tan furioso que se ha vuelto a desbordar. Como en una olla hirviendo, la lava rebasa el cono principal. Es muy líquida y por eso las coladas siguen creciendo: ocupan ya 674 hectáreas, 34 más que ayer. Y cubren en total 1.730 metros de ancho. Y así, ante los ojos de los atónitos vecinos, las coladas van borrando del mapa todos los lugares conocidos, como el campo de fútbol de La Laguna. Ya son 15.48 edificaciones destruidas y 86 en riesgo extremo para el terror de sus propietarios. 6.400 vecinos con toda su vida a cuestas han sido ya evacuados por la peor catástrofe volcánica que sufre Europa en los últimos 100 años.