El volcán sigue fuerte. Emite muchísima lava. Cae por la ladera y es tan líquida que a ratos discurre a gran velocidad. Y vemos también bajar piedras incandescentes casi del tamaño de un coche despeñándose ladera abajo. Impresionante. El fin de la erupción está aún lejos. Los expertos lo tienen claro: todos los indicadores siguen confirmando su vigor. La columna de humo y gases mide 5.000 metros. Continúa la sismicidad, los temblores y la emisión de dioxido de azufre roza las 10.000 toneladas. Aún está muy lejos de las 100 toneladas que presagiarían el esperado final. Cuando el volcán descansaba nos permitía ver sus cuatro bocas. Pero son pausas efímeras. Engañosas. La Guardia Civil mide las emisiones a pie de colada. La calidad del aire sigue siendo deficiente en toda la isla. Especialmente en El Pasao. La recomendación es autoconfinarse en casa y si hay que salir con mascarillas ffp2.