En una carta la familia habla del señalamiento, de la dura intimidación. No comprenden la actitud del consejero de Educación, a quien acusan con su presencia en el colegio de azuzar sentimientos de odio. Piden serenidad, convivencia, pero también vencer el silencio, que el apoyo que reciben sea público. Hoy el pequeño ha ido a clase con normalidad y las pintadas se han retirado. Lo que no se toca, dice el presidente de la Generalitat, es el modelo lingüístico educativo en Cataluña. Es su respuesta a la carta de la familia de Canet.