La situación se agrava y lo hace tras la confirmación de la directora del CNI del espionaje a Pere Aragonès. Las escuchas se centraron en el año 2019 y desliza el Gobierno catalán motivos políticos ya que, según los datos de Citizen Lab, las escuchas al móvil continuaban mientras se negociaba la investidura de Pedro Sánchez con Esquerra Republicana, entre otros.