Aragón se convertirá en 2035 en el mayor hub de centros de datos del sur de Europa

La comunidad se consolida como "destino privilegiado" del sector con los proyectos anunciados, un liderazgo que se pondrá en valor en el congreso DCD Connect 2025 que se celebra estos días en Madrid con la comunidad autónoma como protagonista

La pasada edición de DCD Connect Madrid, el mayor evento de centros de datos del sur de Europa.

La pasada edición de DCD Connect Madrid, el mayor evento de centros de datos del sur de Europa. / DCD

Zaragoza

Aragón está llamado a convertirse en el mayor foco de centros de datos no solo de España, sino también del sur de Europa. Por la capacidad instalada en la actualidad es la tercera potencia nacional del sector, con 38 megavatios (MW), por detrás de Barcelona (66) y Madrid (195), pero la comunidad llegará a ocupar el primer puesto con las inversiones planificadas a día de hoy. El despliegue de los proyectos anunciados hará que la comunidad supere a la capital catalana en cuatro o cinco años y a la región capitalina en una década, un liderazgo que obedece a las ventajas competitivas de este territorio pero con desafíos energéticos aún por resolver.

Así lo destaca José Luis Friebel, experto en centros de datos y director general de DCD (Data Center Dynamics), entidad organizadora de DCD Connect Madrid, el mayor evento del sector en el sur de Europa, que se desarrollará los días 20 y 21 de mayo. Un congreso que reunirá a cerca de 2.000 directivos y del que Aragón será uno de los protagonistas, con la participación además del presidente de la comunidad, Jorge Azcón, en el acto institucional del foro.

José Luis Friebel, experto en centros de datos y director general de DCD (DataCenter Dynamics).

José Luis Friebel, experto en centros de datos y director general de DCD (Data Center Dynamics). / DCE

"Si se dan todas las inversiones anunciadas, para 2035 Aragón pasaría a ser la primera región en centros de datos en España y el sur de Europa, y una de las más grandes a nivel continental", subraya. "Madrid va a depender más de que se den los accesos a la energía. Si se dan, ambas estarán muy a la par", precisa.

Competencia internacional

A su juicio, la rivalidad no es tanto en clave interna de España, sino a nivel internacional. "El reto no es competir entre regiones españolas, sino atraer inversiones que de otro modo irían a Milán, Marsella o Portugal", concluyó, al tiempo que anticipó posibles nuevos anuncios de inversión en los próximos días.

El especialista atribuye el tirón de Aragón a una combinación de energías renovables, costes competitivos y apoyo institucional. La comunidad autónoma ya ha captado compromisos de inversión por valor de unos 38.000 millones de euros, una cartera de proyectos que encabezan los gigantes tecnológicos Amazon Web Services o Microsoft, a los que se suman Blackstone, Box2Bit, Azora, Bester o el Grupo Samca. "Estamos ante proyectos transformadores que cambiarán la economía y sociedad aragonesas", aseguró Friebel.

Entre los valores que hacen de Aragón un "destino privilegiado", el experto subrayó que cuenta con infraestructuras "de primer nivel" tanto en la red de conectividad (fibra óptica) con en energía eléctrica, que son "robustas" y "esenciales" para operar datacenters.

El "cuello de botella" de la energía

Otros de los factores son, apuntó, su liderazgo en renovables, "claves para reducir la huella de carbono" de los centros de datos; y los menores costes que ofrece el territorio, ya sea en materia de energía o "en la disponibilidad de suelo a precios muy competitivos comparado con otras regiones europeas".

"Si no se amplía la capacidad de acceso a la red, hasta el 40% de las inversiones podrían perderse"

El director general de DCD apunta también que Aragón es un "entorno estable y seguro" en Europa para invertir, aparte de tener "bajos riesgos de desastres naturales". A todas estas bondades suma una más que cree que está siendo crucial: "el apoyo institucional". "Los incentivos administrativos y el apoyo que ha dado la comunidad autónoma" a través de los Planes y Proyectos de Interés General de Aragón (Pigas) han sido, dijo, "catalizadores" de las inversiones.

Sin embargo, Friebel lanzó una seria advertencia. "El principal cuello de botella es el acceso a la red eléctrica. Si no se amplía la capacidad, hasta el 40% de las inversiones podrían perderse", aseguró. Aunque cree que los proyectos ya en marcha tienen garantizado el suministro, el futuro crecimiento depende de «soluciones urgentes» en infraestructuras energéticas.

Respecto al consumo de agua, el director de DCD explicó que la industria de los datos están intentando cambiar hacia circuitos cerrados, sistemas de refrigeración por aire o de líquidos refrigerantes. "El sector siempre está innovando para reducir estos consumos. El agua no es una cuestión que vaya a frenar inversiones, el mayor riesgo es el acceso a la energía", aseveró.

¿Hay burbuja en el sector?

Ante el boom de proyectos anunciados -España prevé atraer más de 70.000 millones en inversiones para 2030 multiplicando por ocho la capacidad actual- Friebel desmintió categóricamente la existencia de una burbuja: "Lo que existe es una escasez real de energía en ubicaciones estratégicas, no una sobreoferta".

El experto aclaró que la aparente saturación de solicitudes se debe a que los operadores presentan múltiples peticiones para diferentes ubicaciones como estrategia para asegurar acceso a la red eléctrica. "Cuando el ministerio (de Transición Ecológica) suma todas estas peticiones, la cifra parece inflada, pero en realidad responde a una demanda genuina impulsada por el cloud computing y, especialmente, por la imparable revolución de la inteligencia artificial", explicó.

Friebel comparó el momento actual con los escepticismos iniciales sobre el cloud: "Al igual que entonces, la adopción de IA seguirá una curva exponencial que justificará estas inversiones a medio plazo".

En cuanto a los efectos socioeconómicos de los centros de datos en los territorios donde se asienta, dada la limitada creación de empleo directo que tienen, Friebel argumentó que el «mayor impacto» se produce en los puestos de trabajo indirectos e inducidos en la construcción, el mantenimiento y el ecosistema digital. "La IA demandará proximidad física, generando nuevo tejido tecnológico local", auguró.

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