Entrevista | Javier Gámez Arquitecto

"Con la crisis de 2008 aprendí a ser más eficiente, más crítico con mi trabajo y adopté una ética profesional más sólida"

El arquitecto Javier Gámez celebra sus 25 años de profesión con un prestigio consolidado y el bagaje de haber vivido la crisis del sector de la construcción de 2008, que en su caso supuso una oportunidad para renovarse, mejorar y crecer personal y profesionalmente

Javier Gámez

Javier Gámez / Javier Gámez

tucasa.com

El arquitecto malagueño Javier Gámez, colegiado 784, celebra este año sus 25 años de ejercicio profesional y en una amena conversación nos ofrece las claves del éxito en su trayectoria. Javier, “El Gámez”, es un arquitecto enamorado de su profesión, resiliente, con buen talante y gracia malagueña, que ha sabido superar todos los cambios y dificultades del mercado a lo largo de estos años. Pionero en difundir su obra a través de las redes sociales, se ha adaptado a todas las vicisitudes que ha vivido a lo largo de sus ya 25 años de ejercicio profesional, identificando las oportunidades que le surgían a través del camino y convirtiéndose en una firma consolidada de nuestra tierra dentro del campo de la arquitectura.

En constante formación, su estilo siempre renovado y actual destaca con proyectos residenciales de alto valor en diseño y presupuesto moderado dirigidos a una clientela de clase media. Le gusta definirse, a pequeña escala, como el “ZARA de los arquitectos”. En las siguientes líneas podrás descubrir sus vivencias, reflexiones y consejos para una trayectoria profesional notoria.

Axarbuilding

Axarbuilding / Javier Gámez

Para comenzar, nos gustaría que te presentaras de una manera más profunda. ¿Cómo te definirías a nivel profesional y personal?

Pues soy oriundo de Vélez-Málaga, en la Axarquía malagueña. Una ciudad en la que crecí en una familia de clase media, el menor de cinco hermanos. Desde joven fui un estudiante aplicado y cursé mi carrera en Sevilla, que allá por los 90 era la única opción para estudiar arquitectura en Andalucía.

Durante mi etapa universitaria, alterné los estudios con trabajos de verano en hoteles de la Costa del Sol, lo que me brindó la oportunidad de ahorrar, viajar, desarrollar capacidades de relaciones públicas y atención al cliente, y sobre todo aprender inglés, francés y algo de alemán. Este último aspecto, los idiomas, fue fundamental cuando decidí abrir mi propio estudio en el año 2000, pues me permitió captar muchos clientes extranjeros.

Axarbuilding

Axarbuilding / Javier Gámez

A menudo los inicios de carrera pueden estar llenos de desafíos. ¿Cómo fueron sus primeros años como arquitecto?

Cuando obtuve mi título en el 2000 me encontré con un mundo completamente nuevo para mí. No solo carecía de experiencia, sino que muchas de las asignaturas que cursé en la carrera no parecían tener aplicación práctica en la profesión. Mucha álgebra, cálculo y física, y nada de normativa, que es indispensable en lo nuestro. Sin embargo, y por fortuna, en aquel momento estábamos en pleno auge del sector inmobiliario; los compañeros veteranos tenían tanto trabajo que no daban abasto y no podían aceptar nuevos encargos, y gracias a ello los “novatos” conseguíamos clientes con cierta facilidad. A pesar de la falta de experiencia, logré mantenerme a flote gracias a mi dominio del inglés y a la inestimable ayuda de algunos compañeros. Esos primeros años fueron una mezcla de aprendizaje práctico y de "suerte", pero sin duda me impactaron positivamente.

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Axarbuilding / Javier Gámez

¿Cuánto tiempo cree que pasó hasta que dejó de sentirse un “novato”?

Es una pregunta difícil de responder porque los arquitectos y todos los demás profesionales cualificados estamos siempre en un proceso continuo de formación y actualización (normativa, métodos constructivos, técnicas de representación gráfica, etc. ). Sin embargo, si tuviera que identificar una etapa, diría que durante los primeros tres años sí que me veía como “un novato en toda regla”. Por fortuna, como ya he indicado, en esos años el entorno era propicio para desarrollarme. Después, la enorme crisis económica del 2008 cambió completamente el panorama. Pasamos de un ambiente de abundancia a una recesión profunda, lo que hizo que todo fuera mucho más complicado.

Fue en ese período, de 2008 a 2015, donde realmente entendí el valor de la resiliencia, la humildad, el trabajo duro a precios competitivos y la constante adaptación. Aprendí a valorar a cada cliente, y que su satisfacción me podría abrir la puerta de uno o varios nuevos encargos.

Tras esos años de crisis, a partir del 2015 hasta hoy es cuando empecé a sentir que mi enfoque profesional había madurado y se consolidaba. Conseguí ser bastante conocido en mi zona y por fortuna, tal y como podéis comprobar en mi página web www.javiergamez.com, no ando corto de encargos. Y pido a Dios que me mantenga esta racha tan buena que estoy viviendo.

Axarbuilding

Axarbuilding / Javier Gámez

Ha hablado de la crisis económica y de cómo afectó a su carrera. ¿Cómo cree que le ha cambiado esa experiencia a nivel profesional?

La crisis del 2008 fue sin duda una lección de vida y una dolorosa cura de humildad. Durante esos difíciles años aprendí a valorar cada cliente, cada proyecto, y sobre todo, a gestionar mejor mis recursos. Fueron aciagos tiempos de mucho sacrificio, penurias y estrecheces, pero también de crecimiento personal. Cuando todo volvió a la normalidad me di cuenta de que había aprendido a ser más eficiente, a ser más crítico con mi trabajo y lo más importante, adopté una ética profesional más sólida. La crisis me enseñó a no dar nada por sentado y a seguir formándome, a innovar, a dar “liebre por gato” y no al revés. Por ejemplo, fue en ese período cuando comencé a profundizar en el uso de infografías y diseño 3D, lo se ha convertido en una de mis principales señas de identidad.

Ahora que menciona el tema de la formación, ¿qué consejos le darías a los arquitectos noveles que empiezan?

Pues suele ser muy buena idea, y de hecho es bastante habitual empezar los dos o tres primeros años como miembro de un estudio ya consolidado para “coger tablas”. La arquitectura es una profesión en constante evolución, y es esencial no quedarse atrás. La formación nunca debe interrumpirse, si no estás a la última te quedarás rezagado frente a tu competencia. Que no tengan miedo de equivocarse, se aprende más de los errores que de los aciertos. La práctica es fundamental, el proyecto número 50 te saldrá sin duda mucho mejor que el primero. Tener mentores y pedir consejo y ayuda a compañeros más experimentados es muy valioso. Que sean humildes y no tengan reparos en admitir su falta de experiencia; que consulten sus dudas a los aparejadores, encargados de obras y demás constructores que llevan más años que ellos en el tajo. Que se armen de paciencia: con el tiempo llegará el reconocimiento y proyectos más interesantes y “suculentos” y es importante no apresurarse en ese camino. Que aprendan a gestionar tanto el tiempo como los recursos. Que nunca empiecen un trabajo sin haber recibido provisión de fondos. Que eviten caer en la tentación de ofrecer comisiones a los intermediarios para conseguir proyectos, y tampoco pedir comisiones a los constructores: esas prácticas, de dudosa legalidad y nula ética, empañan la honorabilidad de nuestro colectivo y perjudican

al cliente que ha depositado su confianza en nosotros. Al fin y al cabo, aquí estamos para servir a la Sociedad, a la cual nos debemos y de la cual comemos.

Por último, y este es mi consejo más importante, que se estudien bien el código Deontológico y el régimen disciplinario y sancionador (R.D. 129/2018) de los Arquitectos, y sobre todo, la Ley de Impulso a la Sostenibilidad del Territorio de Andalucía (L.I.S.T.A.). Es esencial desarrollar nuestra actividad profesional conociendo y respetando toda la legalidad vigente. Y nada de esto se estudia en la Universidad.

¿Cómo describiría su estilo arquitectónico? Suele decir que "las casas del Gámez huelen a Gámez". ¿Qué significa eso?

Yo siempre me esfuerzo en buscar la belleza, y quiero pensar que a menudo la encuentro. Soy muy de trabajar de noche porque me cunde mucho más y a las musas les gusta visitarme “con nocturnidad y alevosía”, cuando estoy solo y concentrado frente a mi ordenador, sin distracciones, llamadas de teléfono, etc. Si no quedo totalmente satisfecho con el primer diseño, no me importa en absoluto repetirlo hasta conseguir lo que busco. Y si hay que trasnochar, se trasnocha y punto. El cliente no se merece menos.

Creo que a lo largo de estos ya 25 años de ejercicio profesional he conseguido desarrollar un estilo, una “impronta personal” que en mi opinión hace que, efectivamente, “las casas del Gámez huelan a Gámez”. Diseño y construyo viviendas funcionales, cómodas y estéticamente agradables, pero con un toque distintivo sin incurrir en costosos excesos ni extravagancias. Me gusta incorporar elementos sencillos, como muros inclinados a modo de contrafuertes. Combinaciones de materiales que generen contrastes sin incrementar excesivamente el coste del proyecto. Fomento mucho la verticalidad de los huecos en fachada alineando los de planta baja y planta alta, fragmentando así la fachada en piezas marcadamente diferenciadas y evitando que mis casas se parezcan a “cajas de zapatos”. Con ello procuro que mis proyectos resulten modernos, vanguardistas, bien proporcionados, y al mismo tiempo accesibles para mis clientes, que por lo general son familias de clase media que se embarcan conmucha ilusión y esfuerzo en hacerse la casa de sus sueños. En cierto modo, mi enfoque es, salvando las distancias, parecido al de Zara: ofrecer un diseño atractivo y actual a precios razonables.

Todos hemos oído que una imagen vale más que mil palabras, y yo añado que un video vale más que mil imágenes. Por ello, os adjunto a continuación el enlace a un video de Youtube, que en tres minutos contiene más de 40 proyectos destacados míos, resume mi estilo y acredita el empeño, cariño, esmero y dedicación que entrego a mis clientes en cada nuevo encargo. Este video lleva más de 5.000 horas de duro trabajo frente a mi ordenador. Espero que os guste, si es así, regaladme un like, os lo agradecería.

Si tú también necesitas un arquitecto en Málaga de confianza, Javier Gámez estará encantado de escuchar tu proyecto

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