No ha ganado el Nobel de Literatura, como Vicente Aleixandre, pero cada vez que se acerca octubre y se va a anunciar el ganador del premio literario más importante del mundo, la prensa de su país acampa en torno a su casa por si ese año por fin se lo conceden, pues es uno de los fijos en las quinielas del Nobel.
Se llama Ko Un, tiene en la actualidad 90 años y es uno de los poetas más importantes de Corea del Sur. En 2007 visitó nuestra ciudad, invitado por la Universidad de Málaga, que a la postre se ha convertido en el centro académico sobre estudios coreanos más importante de España e Iberoamérica, así que parecía lógico invitar a uno de los artistas coreanos más reconocidos para que diera un recital.
El caso es que Málaga le encantó, incluso se quedó meditando en silencio delante del nombre en caracteres fenicios de nuestra ciudad, a la entrada del Túnel de la Alcazaba.
Fruto de ese flechazo fue un poema que comenzó a escribir durante su estancia en la tierra de Emilo Prados y Manuel Altolaguirre y que tituló ‘Málaga Milenaria’.
Dos años más tarde, la Universidad de Málaga publicó una edición bilingüe en coreano y español con el mismo título y una selección de poemas realizada por el propio Ko Un, que incluía el poema sobre Málaga, con la traducción de Antonio Doménech y Fernando Wulff, que también cuidaron esta edición de pequeña tirada y no venal que incluía además los delicados dibujos de este artista
El poema ‘Málaga Milenaria’ es precioso y bien podría inmortalizarse en bronce, en español y coreano en algún rincón de nuestra ciudad (ahí está, por ejemplo, la Travesía del Pintor Nogales con el poema ‘Ciudad del Paraíso’ de Aleixandre).
¿Conocen estos versos y esta bonita historia los responsables culturales de Málaga?
Málaga Milenaria
Mediterráneo ¿Cómo es que hasta hoy persistes en ser horizonte?
Despójate de tu imponente armadura.
Despréndete, sin palabras, de tu imponente nombre.
Al fin,
Málaga milenaria
Será tu amiga.
Hubo un tiempo
En que fuiste una fiera bramando.
Será tu amiga
Oh, como mi hermana mayor, como mi dulce hermana, temblando, el perfume del naranjo en flor/
llama a la brisa.