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La Opinión de Málaga
Ver galería >Imágenes de una lluviosa mañana de jueves en el centro de Málaga, donde al paisaje ya habitual de pocas personas y la mayoría de ellas con guantes y mascarillas se le han añadido los preparativos de bares, cafeterías y terrazas que se preparan para el inminente cambio de fase de la desescalada de la ciudad. Si no ocurre nada extraño, la provincia entrará el lunes próximo en Fase 1, lo que supondrá la posibilidad de acudir a comercios de hostelería en mesas de no más de diez personas y, por primera vez en más de dos meses, consumir, comer y beber en la calle.
Álex Zea
Imágenes de una lluviosa mañana de jueves en el centro de Málaga, donde al paisaje ya habitual de pocas personas y la mayoría de ellas con guantes y mascarillas se le han añadido los preparativos de bares, cafeterías y terrazas que se preparan para el inminente cambio de fase de la desescalada de la ciudad. Si no ocurre nada extraño, la provincia entrará el lunes próximo en Fase 1, lo que supondrá la posibilidad de acudir a comercios de hostelería en mesas de no más de diez personas y, por primera vez en más de dos meses, consumir, comer y beber en la calle.
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Imágenes de una lluviosa mañana de jueves en el centro de Málaga, donde al paisaje ya habitual de pocas personas y la mayoría de ellas con guantes y mascarillas se le han añadido los preparativos de bares, cafeterías y terrazas que se preparan para el inminente cambio de fase de la desescalada de la ciudad. Si no ocurre nada extraño, la provincia entrará el lunes próximo en Fase 1, lo que supondrá la posibilidad de acudir a comercios de hostelería en mesas de no más de diez personas y, por primera vez en más de dos meses, consumir, comer y beber en la calle.
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