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La Opinión de Málaga
Ver galería >A las cinco y cuarto, puntual, salió el cortejo nazareno de la cofradía del Cautivo en dirección a la casa hermandad en la calle Trinidad. El Lunes Santo de 2019 se vestía de gala. El hermano mayor del Cautivo, Ignacio Castillo, tocó las grandes puertas verdes de la casa hermandad. Se abrieron y dejaron pasar la luz de la tarde al interior. El sol brillaba y el blanco de la túnica de Jesús Cautivo resplandecía. Pero no era lo único. Un techo de oro cubría a la Virgen de la Trinidad. El nuevo palio de la Virgen de la Trinidad era motivo de orgullo de los hermanos.
M. Ferrary
A las cinco y cuarto, puntual, salió el cortejo nazareno de la cofradía del Cautivo en dirección a la casa hermandad en la calle Trinidad. El Lunes Santo de 2019 se vestía de gala. El hermano mayor del Cautivo, Ignacio Castillo, tocó las grandes puertas verdes de la casa hermandad. Se abrieron y dejaron pasar la luz de la tarde al interior. El sol brillaba y el blanco de la túnica de Jesús Cautivo resplandecía. Pero no era lo único. Un techo de oro cubría a la Virgen de la Trinidad. El nuevo palio de la Virgen de la Trinidad era motivo de orgullo de los hermanos.
M. Ferrary
A las cinco y cuarto, puntual, salió el cortejo nazareno de la cofradía del Cautivo en dirección a la casa hermandad en la calle Trinidad. El Lunes Santo de 2019 se vestía de gala. El hermano mayor del Cautivo, Ignacio Castillo, tocó las grandes puertas verdes de la casa hermandad. Se abrieron y dejaron pasar la luz de la tarde al interior. El sol brillaba y el blanco de la túnica de Jesús Cautivo resplandecía. Pero no era lo único. Un techo de oro cubría a la Virgen de la Trinidad. El nuevo palio de la Virgen de la Trinidad era motivo de orgullo de los hermanos.
Álex Zea
A las cinco y cuarto, puntual, salió el cortejo nazareno de la cofradía del Cautivo en dirección a la casa hermandad en la calle Trinidad. El Lunes Santo de 2019 se vestía de gala. El hermano mayor del Cautivo, Ignacio Castillo, tocó las grandes puertas verdes de la casa hermandad. Se abrieron y dejaron pasar la luz de la tarde al interior. El sol brillaba y el blanco de la túnica de Jesús Cautivo resplandecía. Pero no era lo único. Un techo de oro cubría a la Virgen de la Trinidad. El nuevo palio de la Virgen de la Trinidad era motivo de orgullo de los hermanos.
Álex Zea
A las cinco y cuarto, puntual, salió el cortejo nazareno de la cofradía del Cautivo en dirección a la casa hermandad en la calle Trinidad. El Lunes Santo de 2019 se vestía de gala. El hermano mayor del Cautivo, Ignacio Castillo, tocó las grandes puertas verdes de la casa hermandad. Se abrieron y dejaron pasar la luz de la tarde al interior. El sol brillaba y el blanco de la túnica de Jesús Cautivo resplandecía. Pero no era lo único. Un techo de oro cubría a la Virgen de la Trinidad. El nuevo palio de la Virgen de la Trinidad era motivo de orgullo de los hermanos.
Álex Zea
A las cinco y cuarto, puntual, salió el cortejo nazareno de la cofradía del Cautivo en dirección a la casa hermandad en la calle Trinidad. El Lunes Santo de 2019 se vestía de gala. El hermano mayor del Cautivo, Ignacio Castillo, tocó las grandes puertas verdes de la casa hermandad. Se abrieron y dejaron pasar la luz de la tarde al interior. El sol brillaba y el blanco de la túnica de Jesús Cautivo resplandecía. Pero no era lo único. Un techo de oro cubría a la Virgen de la Trinidad. El nuevo palio de la Virgen de la Trinidad era motivo de orgullo de los hermanos.
Álex Zea
A las cinco y cuarto, puntual, salió el cortejo nazareno de la cofradía del Cautivo en dirección a la casa hermandad en la calle Trinidad. El Lunes Santo de 2019 se vestía de gala. El hermano mayor del Cautivo, Ignacio Castillo, tocó las grandes puertas verdes de la casa hermandad. Se abrieron y dejaron pasar la luz de la tarde al interior. El sol brillaba y el blanco de la túnica de Jesús Cautivo resplandecía. Pero no era lo único. Un techo de oro cubría a la Virgen de la Trinidad. El nuevo palio de la Virgen de la Trinidad era motivo de orgullo de los hermanos.
Álex Zea
A las cinco y cuarto, puntual, salió el cortejo nazareno de la cofradía del Cautivo en dirección a la casa hermandad en la calle Trinidad. El Lunes Santo de 2019 se vestía de gala. El hermano mayor del Cautivo, Ignacio Castillo, tocó las grandes puertas verdes de la casa hermandad. Se abrieron y dejaron pasar la luz de la tarde al interior. El sol brillaba y el blanco de la túnica de Jesús Cautivo resplandecía. Pero no era lo único. Un techo de oro cubría a la Virgen de la Trinidad. El nuevo palio de la Virgen de la Trinidad era motivo de orgullo de los hermanos.
Álex Zea
A las cinco y cuarto, puntual, salió el cortejo nazareno de la cofradía del Cautivo en dirección a la casa hermandad en la calle Trinidad. El Lunes Santo de 2019 se vestía de gala. El hermano mayor del Cautivo, Ignacio Castillo, tocó las grandes puertas verdes de la casa hermandad. Se abrieron y dejaron pasar la luz de la tarde al interior. El sol brillaba y el blanco de la túnica de Jesús Cautivo resplandecía. Pero no era lo único. Un techo de oro cubría a la Virgen de la Trinidad. El nuevo palio de la Virgen de la Trinidad era motivo de orgullo de los hermanos.
Álex Zea
A las cinco y cuarto, puntual, salió el cortejo nazareno de la cofradía del Cautivo en dirección a la casa hermandad en la calle Trinidad. El Lunes Santo de 2019 se vestía de gala. El hermano mayor del Cautivo, Ignacio Castillo, tocó las grandes puertas verdes de la casa hermandad. Se abrieron y dejaron pasar la luz de la tarde al interior. El sol brillaba y el blanco de la túnica de Jesús Cautivo resplandecía. Pero no era lo único. Un techo de oro cubría a la Virgen de la Trinidad. El nuevo palio de la Virgen de la Trinidad era motivo de orgullo de los hermanos.
Álex Zea
A las cinco y cuarto, puntual, salió el cortejo nazareno de la cofradía del Cautivo en dirección a la casa hermandad en la calle Trinidad. El Lunes Santo de 2019 se vestía de gala. El hermano mayor del Cautivo, Ignacio Castillo, tocó las grandes puertas verdes de la casa hermandad. Se abrieron y dejaron pasar la luz de la tarde al interior. El sol brillaba y el blanco de la túnica de Jesús Cautivo resplandecía. Pero no era lo único. Un techo de oro cubría a la Virgen de la Trinidad. El nuevo palio de la Virgen de la Trinidad era motivo de orgullo de los hermanos.
Álex Zea
A las cinco y cuarto, puntual, salió el cortejo nazareno de la cofradía del Cautivo en dirección a la casa hermandad en la calle Trinidad. El Lunes Santo de 2019 se vestía de gala. El hermano mayor del Cautivo, Ignacio Castillo, tocó las grandes puertas verdes de la casa hermandad. Se abrieron y dejaron pasar la luz de la tarde al interior. El sol brillaba y el blanco de la túnica de Jesús Cautivo resplandecía. Pero no era lo único. Un techo de oro cubría a la Virgen de la Trinidad. El nuevo palio de la Virgen de la Trinidad era motivo de orgullo de los hermanos.
Miguel Ferrary
A las cinco y cuarto, puntual, salió el cortejo nazareno de la cofradía del Cautivo en dirección a la casa hermandad en la calle Trinidad. El Lunes Santo de 2019 se vestía de gala. El hermano mayor del Cautivo, Ignacio Castillo, tocó las grandes puertas verdes de la casa hermandad. Se abrieron y dejaron pasar la luz de la tarde al interior. El sol brillaba y el blanco de la túnica de Jesús Cautivo resplandecía. Pero no era lo único. Un techo de oro cubría a la Virgen de la Trinidad. El nuevo palio de la Virgen de la Trinidad era motivo de orgullo de los hermanos.
Miguel Ferrary
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Miguel Ferrary
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Miguel Ferrary
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Miguel Ferrary
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Miguel Ferrary
A las cinco y cuarto, puntual, salió el cortejo nazareno de la cofradía del Cautivo en dirección a la casa hermandad en la calle Trinidad. El Lunes Santo de 2019 se vestía de gala. El hermano mayor del Cautivo, Ignacio Castillo, tocó las grandes puertas verdes de la casa hermandad. Se abrieron y dejaron pasar la luz de la tarde al interior. El sol brillaba y el blanco de la túnica de Jesús Cautivo resplandecía. Pero no era lo único. Un techo de oro cubría a la Virgen de la Trinidad. El nuevo palio de la Virgen de la Trinidad era motivo de orgullo de los hermanos.
Miguel Ferrary
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Miguel Ferrary
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Miguel Ferrary
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Miguel Ferrary
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Miguel Ferrary
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Miguel Ferrary
A las cinco y cuarto, puntual, salió el cortejo nazareno de la cofradía del Cautivo en dirección a la casa hermandad en la calle Trinidad. El Lunes Santo de 2019 se vestía de gala. El hermano mayor del Cautivo, Ignacio Castillo, tocó las grandes puertas verdes de la casa hermandad. Se abrieron y dejaron pasar la luz de la tarde al interior. El sol brillaba y el blanco de la túnica de Jesús Cautivo resplandecía. Pero no era lo único. Un techo de oro cubría a la Virgen de la Trinidad. El nuevo palio de la Virgen de la Trinidad era motivo de orgullo de los hermanos.
Miguel Ferrary
A las cinco y cuarto, puntual, salió el cortejo nazareno de la cofradía del Cautivo en dirección a la casa hermandad en la calle Trinidad. El Lunes Santo de 2019 se vestía de gala. El hermano mayor del Cautivo, Ignacio Castillo, tocó las grandes puertas verdes de la casa hermandad. Se abrieron y dejaron pasar la luz de la tarde al interior. El sol brillaba y el blanco de la túnica de Jesús Cautivo resplandecía. Pero no era lo único. Un techo de oro cubría a la Virgen de la Trinidad. El nuevo palio de la Virgen de la Trinidad era motivo de orgullo de los hermanos.
Miguel Ferrary
A las cinco y cuarto, puntual, salió el cortejo nazareno de la cofradía del Cautivo en dirección a la casa hermandad en la calle Trinidad. El Lunes Santo de 2019 se vestía de gala. El hermano mayor del Cautivo, Ignacio Castillo, tocó las grandes puertas verdes de la casa hermandad. Se abrieron y dejaron pasar la luz de la tarde al interior. El sol brillaba y el blanco de la túnica de Jesús Cautivo resplandecía. Pero no era lo único. Un techo de oro cubría a la Virgen de la Trinidad. El nuevo palio de la Virgen de la Trinidad era motivo de orgullo de los hermanos.
Miguel Ferrary
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Álex Zea
A las cinco y cuarto, puntual, salió el cortejo nazareno de la cofradía del Cautivo en dirección a la casa hermandad en la calle Trinidad. El Lunes Santo de 2019 se vestía de gala. El hermano mayor del Cautivo, Ignacio Castillo, tocó las grandes puertas verdes de la casa hermandad. Se abrieron y dejaron pasar la luz de la tarde al interior. El sol brillaba y el blanco de la túnica de Jesús Cautivo resplandecía. Pero no era lo único. Un techo de oro cubría a la Virgen de la Trinidad. El nuevo palio de la Virgen de la Trinidad era motivo de orgullo de los hermanos.
Álex Zea
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Álex Zea
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Álex Zea
A las cinco y cuarto, puntual, salió el cortejo nazareno de la cofradía del Cautivo en dirección a la casa hermandad en la calle Trinidad. El Lunes Santo de 2019 se vestía de gala. El hermano mayor del Cautivo, Ignacio Castillo, tocó las grandes puertas verdes de la casa hermandad. Se abrieron y dejaron pasar la luz de la tarde al interior. El sol brillaba y el blanco de la túnica de Jesús Cautivo resplandecía. Pero no era lo único. Un techo de oro cubría a la Virgen de la Trinidad. El nuevo palio de la Virgen de la Trinidad era motivo de orgullo de los hermanos.
Álex Zea
A las cinco y cuarto, puntual, salió el cortejo nazareno de la cofradía del Cautivo en dirección a la casa hermandad en la calle Trinidad. El Lunes Santo de 2019 se vestía de gala. El hermano mayor del Cautivo, Ignacio Castillo, tocó las grandes puertas verdes de la casa hermandad. Se abrieron y dejaron pasar la luz de la tarde al interior. El sol brillaba y el blanco de la túnica de Jesús Cautivo resplandecía. Pero no era lo único. Un techo de oro cubría a la Virgen de la Trinidad. El nuevo palio de la Virgen de la Trinidad era motivo de orgullo de los hermanos.
Álex Zea
A las cinco y cuarto, puntual, salió el cortejo nazareno de la cofradía del Cautivo en dirección a la casa hermandad en la calle Trinidad. El Lunes Santo de 2019 se vestía de gala. El hermano mayor del Cautivo, Ignacio Castillo, tocó las grandes puertas verdes de la casa hermandad. Se abrieron y dejaron pasar la luz de la tarde al interior. El sol brillaba y el blanco de la túnica de Jesús Cautivo resplandecía. Pero no era lo único. Un techo de oro cubría a la Virgen de la Trinidad. El nuevo palio de la Virgen de la Trinidad era motivo de orgullo de los hermanos.
Álex Zea
A las cinco y cuarto, puntual, salió el cortejo nazareno de la cofradía del Cautivo en dirección a la casa hermandad en la calle Trinidad. El Lunes Santo de 2019 se vestía de gala. El hermano mayor del Cautivo, Ignacio Castillo, tocó las grandes puertas verdes de la casa hermandad. Se abrieron y dejaron pasar la luz de la tarde al interior. El sol brillaba y el blanco de la túnica de Jesús Cautivo resplandecía. Pero no era lo único. Un techo de oro cubría a la Virgen de la Trinidad. El nuevo palio de la Virgen de la Trinidad era motivo de orgullo de los hermanos.
Álex Zea
A las cinco y cuarto, puntual, salió el cortejo nazareno de la cofradía del Cautivo en dirección a la casa hermandad en la calle Trinidad. El Lunes Santo de 2019 se vestía de gala. El hermano mayor del Cautivo, Ignacio Castillo, tocó las grandes puertas verdes de la casa hermandad. Se abrieron y dejaron pasar la luz de la tarde al interior. El sol brillaba y el blanco de la túnica de Jesús Cautivo resplandecía. Pero no era lo único. Un techo de oro cubría a la Virgen de la Trinidad. El nuevo palio de la Virgen de la Trinidad era motivo de orgullo de los hermanos.
Álex Zea
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Álex Zea
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Álex Zea
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Álex Zea
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Álex Zea
A las cinco y cuarto, puntual, salió el cortejo nazareno de la cofradía del Cautivo en dirección a la casa hermandad en la calle Trinidad. El Lunes Santo de 2019 se vestía de gala. El hermano mayor del Cautivo, Ignacio Castillo, tocó las grandes puertas verdes de la casa hermandad. Se abrieron y dejaron pasar la luz de la tarde al interior. El sol brillaba y el blanco de la túnica de Jesús Cautivo resplandecía. Pero no era lo único. Un techo de oro cubría a la Virgen de la Trinidad. El nuevo palio de la Virgen de la Trinidad era motivo de orgullo de los hermanos.
Álex Zea
A las cinco y cuarto, puntual, salió el cortejo nazareno de la cofradía del Cautivo en dirección a la casa hermandad en la calle Trinidad. El Lunes Santo de 2019 se vestía de gala. El hermano mayor del Cautivo, Ignacio Castillo, tocó las grandes puertas verdes de la casa hermandad. Se abrieron y dejaron pasar la luz de la tarde al interior. El sol brillaba y el blanco de la túnica de Jesús Cautivo resplandecía. Pero no era lo único. Un techo de oro cubría a la Virgen de la Trinidad. El nuevo palio de la Virgen de la Trinidad era motivo de orgullo de los hermanos.
Álex Zea
A las cinco y cuarto, puntual, salió el cortejo nazareno de la cofradía del Cautivo en dirección a la casa hermandad en la calle Trinidad. El Lunes Santo de 2019 se vestía de gala. El hermano mayor del Cautivo, Ignacio Castillo, tocó las grandes puertas verdes de la casa hermandad. Se abrieron y dejaron pasar la luz de la tarde al interior. El sol brillaba y el blanco de la túnica de Jesús Cautivo resplandecía. Pero no era lo único. Un techo de oro cubría a la Virgen de la Trinidad. El nuevo palio de la Virgen de la Trinidad era motivo de orgullo de los hermanos.
Álex Zea
A las cinco y cuarto, puntual, salió el cortejo nazareno de la cofradía del Cautivo en dirección a la casa hermandad en la calle Trinidad. El Lunes Santo de 2019 se vestía de gala. El hermano mayor del Cautivo, Ignacio Castillo, tocó las grandes puertas verdes de la casa hermandad. Se abrieron y dejaron pasar la luz de la tarde al interior. El sol brillaba y el blanco de la túnica de Jesús Cautivo resplandecía. Pero no era lo único. Un techo de oro cubría a la Virgen de la Trinidad. El nuevo palio de la Virgen de la Trinidad era motivo de orgullo de los hermanos.
Álex Zea
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Álex Zea
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Álex Zea
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Álex Zea
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Álex Zea
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Álex Zea
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Álex Zea
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Álex Zea
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Álex Zea
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Álex Zea
A las cinco y cuarto, puntual, salió el cortejo nazareno de la cofradía del Cautivo en dirección a la casa hermandad en la calle Trinidad. El Lunes Santo de 2019 se vestía de gala. El hermano mayor del Cautivo, Ignacio Castillo, tocó las grandes puertas verdes de la casa hermandad. Se abrieron y dejaron pasar la luz de la tarde al interior. El sol brillaba y el blanco de la túnica de Jesús Cautivo resplandecía. Pero no era lo único. Un techo de oro cubría a la Virgen de la Trinidad. El nuevo palio de la Virgen de la Trinidad era motivo de orgullo de los hermanos.
Álex Zea
A las cinco y cuarto, puntual, salió el cortejo nazareno de la cofradía del Cautivo en dirección a la casa hermandad en la calle Trinidad. El Lunes Santo de 2019 se vestía de gala. El hermano mayor del Cautivo, Ignacio Castillo, tocó las grandes puertas verdes de la casa hermandad. Se abrieron y dejaron pasar la luz de la tarde al interior. El sol brillaba y el blanco de la túnica de Jesús Cautivo resplandecía. Pero no era lo único. Un techo de oro cubría a la Virgen de la Trinidad. El nuevo palio de la Virgen de la Trinidad era motivo de orgullo de los hermanos.
Álex Zea
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Álex Zea
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Álex Zea
A las cinco y cuarto, puntual, salió el cortejo nazareno de la cofradía del Cautivo en dirección a la casa hermandad en la calle Trinidad. El Lunes Santo de 2019 se vestía de gala. El hermano mayor del Cautivo, Ignacio Castillo, tocó las grandes puertas verdes de la casa hermandad. Se abrieron y dejaron pasar la luz de la tarde al interior. El sol brillaba y el blanco de la túnica de Jesús Cautivo resplandecía. Pero no era lo único. Un techo de oro cubría a la Virgen de la Trinidad. El nuevo palio de la Virgen de la Trinidad era motivo de orgullo de los hermanos.
Álex Zea
A las cinco y cuarto, puntual, salió el cortejo nazareno de la cofradía del Cautivo en dirección a la casa hermandad en la calle Trinidad. El Lunes Santo de 2019 se vestía de gala. El hermano mayor del Cautivo, Ignacio Castillo, tocó las grandes puertas verdes de la casa hermandad. Se abrieron y dejaron pasar la luz de la tarde al interior. El sol brillaba y el blanco de la túnica de Jesús Cautivo resplandecía. Pero no era lo único. Un techo de oro cubría a la Virgen de la Trinidad. El nuevo palio de la Virgen de la Trinidad era motivo de orgullo de los hermanos.
Álex Zea
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Álex Zea
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Álex Zea
A las cinco y cuarto, puntual, salió el cortejo nazareno de la cofradía del Cautivo en dirección a la casa hermandad en la calle Trinidad. El Lunes Santo de 2019 se vestía de gala. El hermano mayor del Cautivo, Ignacio Castillo, tocó las grandes puertas verdes de la casa hermandad. Se abrieron y dejaron pasar la luz de la tarde al interior. El sol brillaba y el blanco de la túnica de Jesús Cautivo resplandecía. Pero no era lo único. Un techo de oro cubría a la Virgen de la Trinidad. El nuevo palio de la Virgen de la Trinidad era motivo de orgullo de los hermanos.
Gregorio Torres
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Gregorio Torres
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Gregorio Torres
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Gregorio Torres
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Gregorio Torres
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Gregorio Torres
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