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Momentum

Los grandes festivales de la vida los ofrece la naturaleza, son gratuitos y están al alcance de todos. Más o menos por estas fechas el otoño ofrece en los bosques caducifolios uno de los más fastuosos del año, el de las vísperas de la defoliación, con las distintas especies del bosque atlántico montando en las altas laderas una silenciosa gala de despedida de las hojas antes de irse, en un último alarde de colores dorados, marrones y naranjas subidos de tono, con los verdes ya solo en la memoria. Pero el fin de fiesta llega cuando, mejor si es día soleado y que se muestre calmo, irrumpe una brisa caprichosa, inconstante y rebelde que, agitando el bosque aquí y allá, va provocando lluvias de hojas, que a veces envuelven al espectador en sus remolinos y en la crepitación que brota al tropezar con las que aún resisten, rompiendo en belleza la pared que separa tristeza y alegría.

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