Sexo

Asfixia erótica: «La gente está obsesionada con llegar al orgasmo»

La asfixia erótica o hipoxifilia consiste en alcanzar la excitación a través de la privación del oxígeno. Una práctica sexual que en ocasiones puede ser mortal

Algunas prácticas sexuales conllevan riesgos que pueden ser mortales.

Algunas prácticas sexuales conllevan riesgos que pueden ser mortales. / ISTOCK

Chaima Laghrissi

Chaima Laghrissi

El pasado 6 de abril, una ciudadana norteamericana apareció muerta en un apartamento turístico del Centro de Málaga. Las primeras pesquisas apuntaban a una muerte accidental durante prácticas sexuales extremas o de riesgo. Y aunque las investigaciones dieron un giro al caso y situaron los hechos en un contexto de violencia machista, la primera hipótesis volvió a sacar a la luz el debate en torno a estas prácticas sexuales.

No es la primera vez que los medios de comunicación se hacen eco de este tipo de muertes. Como el vecino de Besalú (Girona) que apareció muerto mientras realizaba una peligrosa práctica sexual en solitario. Las investigaciones apuntaban a asfixia erótica, ya que encontraron unas correas atadas al cuello y otras en los genitales.

Otro caso mediático fue el de Mario Biondo, marido de la conocida presentadora Raquel Sánchez Silva. Su muerte estuvo rodeada de especulaciones y varias teorías. En él la familia del cámara centraban sus acusaciones de la que era su mujer. Mientras que la causa principal de los investigadores era la del suicidio.

Hipótesis que volvieron al debate público tras el estreno en Netflix de la docuserie titulada «Las últimas horas de Mario Biondo». Tras el documental, surgió una nueva teoría: la asfixia autoerótica, una peligrosa práctica sexual.

¿Qué es la asfixia erótica?

A la asfixia erótica se le conoce como hipoxifilia o asfixiofilia y consiste en alcanzar la excitación a través de la privación del oxígeno. Esto se consigue obstruyendo de manera controlada las vías respiratorias, ya sea mediante la «estrangulación» con las manos o usando elementos plásticos o de látex para cubrir la cabeza.

«Es una práctica que tiene su origen hace muchos años en Oriente. Se considera como una parafilia, ya que hay gente que lo considera placentero», explica Ana López Lorente, sexóloga y psicóloga malagueña.

Para López este tipo de práctica nace de la necesidad «de buscar nuevas sensaciones y experiencias sexuales». Un juego que en ocasiones puede ser mortal: «Hay que tener cuidado. Si te deslizas un milímetro de esa zona, puedes morir. Ahí está el peligro y por eso la técnica llama la atención», recalca.

La sexóloga malagueña aclara que esta práctica «no está considerada como trastorno sexual»; pero esto no quiere decir que «no exista una carencia sexual»: «La gente está obsesionada con llegar al orgasmo, tanto que se acompaña con la droga. Buscan sensaciones nuevas y creen que así van a llegar al éxtasis, sin ser conscientes de las consecuencias. También se debe a la falta de educación sexual que hay», apunta.

La psicóloga destaca que la asfixia muchas veces va acompañada de otros elementos «sadomasoquistas» como cadenas: «Cuando se encuentran los cuerpos se observan un número de filias, que explican esa necesidad de llegar a ese nivel. Te hace entender que hay cosas que se salen de lo habitual, puedes curiosear, pero normalmente están obsesionados y hay conductas extrañas», declara.

El chemsex y la asfixia erótica están estrechamente ligados. Ambas son igual de peligrosas y si se combinan el resultado puede ser letal.

El chemsex es una práctica que combina el uso de drogas recreativas para prolongar la duración y las sensaciones de las relaciones sexuales. Una peligrosa moda sexual que crece en Málaga y que alerta a sexólogos como Ana López: «Estamos viendo jóvenes practicarlas. También lo hemos visto en la Feria de Sevilla, con el cloretilo entre un grupo de jóvenes que hacían botellón en el recinto ferial. Un anestésico local, que al administrarse de manera inadecuada puede tener efectos muy peligrosos», indica.

Desmayos o falta de oxígenos: algunos de los riesgos de la asfixia erótica

Según estima una prestigiosa revista de psiquiatría forense, se calcula que al año pueden morir de 500 a 1.000 personas como resultado de esta práctica.

Aunque algunas personas que practican la asfixia erótica pueden describir experiencias intensas y placenteras, esta práctica conlleva riesgos graves para la salud y la seguridad.

Entre los riesgos más importantes está la falta de oxígeno. La obstrucción de las vías respiratorias puede llevar a una disminución del flujo de oxígeno al cerebro y otros órganos vitales. Desmayos y pérdida de conciencia o lesiones físicas. Por otro lado, esta práctica puede conducir a la muerte.

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