El presidente de la Federación del Comercio de Málaga (Fecoma), Enrique Gil, hacía ayer un llamamiento, mientras se celebraba la reunión entre las partes en conflicto, para advertir de los efectos negativos que tendría una huelga de limpieza en Málaga en plena Navidad, ya que «sería un perjuicio importantísimo y dañaría la imagen de la ciudad, de la provincia y, en definitiva, de Andalucía». No obstante, se mostró confiado en que los trabajadores de Limasa, la dirección y el Ayuntamiento fueran «capaces de hacer más esfuerzos» para evitar el paro convocado a partir del 20 de diciembre y apelaba a «la razón».

Enrique Gil, que confiaba en que la reunión entre el alcalde de Málaga y el comité de empresa sirviese para al menos sentar las bases de un acuerdo, apeló a la «razón» de los implicados, especialmente de la parte privada de Limasa, que tiene el 51 por ciento del accionariado.

«Todos tienen que hacer un esfuerzo, pero sobre todo los privados, que creo que son los que están en mejor posición», manifestaba, pidiendo, no obstante, también a los trabajadores que hagan «el máximo esfuerzo por el bien de sus familias y de los malagueños en general».

Gil insitió en que si la capital sufriera una huelga de limpieza el perjuicio no sería únicamente para el momento actual, sino también para el futuro: «Málaga se vería señalada como una ciudad conflictiva, que es una imagen que no se debe de dar, sobre todo porque lo que se encuentra aquí es tranquilidad y armonía». Por ello confiaba en que se evitase la huelga porque todo el mundo es consciente de la situación real y de que son muchos los que se verían afectados por ella».