El balance efectuado este jueves entre el PP y Ciudadanos para valorar lo que han sido estos primeros dos años de acuerdo de investidura dejó un mensaje por encima de todas las florituras exhibidas: estabilidad política. Relaja saber que los próximos dos años discurrirán de la misma manera que lo han hecho los últimos dos. Al menos, si te llamas Elías Bendodo y tu futuro ahora mismo tiene varios finales abiertos que están por escribirse. La exhibición de buena sintonía desplegada hace que merezca la pena profundizar sobre el cómo durante algún tiempo incluso se especuló con la posibilidad de una moción de censura en la Diputación.

De entrada, el escenario de la rueda de prensa se trasladó a un patio interior de La Térmica para darle un toque de solemnidad al asunto. Tuvo su gracia, aunque había tantos grados a la sombra como para cambiar la chaqueta por las bermudas. Bendodo dio la rueda de prensa luciendo una recomendación estética de Juan Ignacio Zoido. La corbata, con las estampitas del Ministerio del Interior en relieve, lleva por sí misma el sello de las causas distinguidas y ayer fue una de ellas.

La unión entre Bendodo y Gonzalo Sichar, así quedó claro, es un matrimonio feliz, que ha tenido algunos problemas aunque juzgando por el balance de ayer, sólo hayan sido en superficie. Ambos llegaron a hablar de una «buenísima sintonía» no sólo política sino personal. Hubo un tiempo en el que Ciudadanos quería presentarse como la oposición implacable, pero ya hemos llegado a un punto en el que Bendodo propuso que se «exporte» el acuerdo entre ambas formaciones a los municipios malagueños. Muy deprimido, por lo tanto, no se le veía. Como siempre es un poco más listo que los demás, al menos lo intenta, aprovechó el momento para traspasar la siguiente frontera. Que Sichar ahora mismo no tenga ni idea de dónde va a estar en 2019, no fue un impedimento para que Bendodo aludiera a Ciudadanos como futuro socio de gobierno en la Junta. «El cambio en Andalucía tiene que venir de la mano del PP y de Ciudadanos». Hay una lógica interna en los populares que les sugiere que un voto más que el PSOE en las próximas elecciones autonómicas convierte a Juanma Moreno en presidente. Más vale empezar a abonar el terreno.

Cumplimiento No hubo una intención previa para ponerle un porcentaje al grado de cumplimiento del acuerdo. Pero las respuestas, a veces, son como uno menos se lo espera y Sichar sí aseguró que el 80% de los puntos del acuerdo de investidura ya estaban cumplidos. En el apartado de tareas pendientes, Sichar se refirió al nuevo reglamento de la Diputación, que ya se estaría ultimando. También está el plan piloto para mancomunizar servicios o la fusión de Ciedes y Madeca. Sobre lo último, Sichar admitió que hay dificultades jurídicas aunque su formación seguirá con la lupa puesta. Teresa Pardo, también presente, fue resaltada como la gran desatascadora de élite del Hospital del Guadalhorce. Al final, el logro tiene pinta de estirarse de por vida. A pesar de todo, estos dos años no han servido para convencer a Ciudadanos de la utilidad de las diputaciones. Los servicios que presta la Diputación sí son necesarios, admitió, pero «no toda la estructura». «Pensamos que hay que suprimirlas. Hay que hacer reformas profundas y en la Constitución se habla de comunidades y provincias, no de diputaciones», sentenció.

Las percepciones, en todo caso, siempre van en paralelo y tan sólo será una cuestión de tiempo que alguien dé una versión distinta sobre la realidad. El PSOE, con Francisco Conejo al frente, ha estudiado el avance del acuerdo de investidura bajo su particular prisma y nadie duda que ese 80% de cumplimiento será corregido a la baja. Lejos quedan, sin embargo, aquellos tiempos en los que aguardaba la esperanza de poder llevarse a Sichar a su terreno. Demasiado feliz resulta ser el matrimonio como para romperlo.