La victoria del Espanyol contra el Sevilla, el pasado domingo en Cornellà-El Prat, dibujó una sonrisa en la cara de todos los estamentos del club, desde el vestuario a la afición, pasando por sus dirigentes, que ven como el nuevo proyecto del presidente, Chen Yansheng, cumple objetivos y apunta alto. Actualmente, y antes de visitar mañana La Rosaleda para medirse al Málaga, el bloque catalán es noveno en la clasificación de Primera división con 29 puntos después del primer partido de la segunda vuelta, y está a cinco del Villarreal, que marca la zona europea de la tabla.

A diferencia de otros cursos, los «pericos» ya no miran de reojo a la parte baja: el descenso está a 16 puntos. El técnico, Quique Sánchez Flores, advirtió al principio de campaña que la maduración del equipo era cuestión de tiempo. Pedía prudencia y tranquilidad. La exigencia era máxima, pero también la paciencia y la serenidad. Con esta receta, el Espanyol de la era Chen tiene otro tono respecto a años anteriores. El equipo tiene signos de identidad claros. Virtudes que se trabajan y se notan en el césped. Por ejemplo, la velocidad en ataque y la seguridad en el planteamiento defensivo. El bloque tiene varios registros y, sin renunciar a su ADN, ha sabido adaptarse a los rivales y a las distintas circunstancias.

A nivel individual, Sánchez Flores no puede quejarse: Gerard Moreno es el máximo goleador con ocho dianas, el extremo Piatti, con seis tantos y siete asistencias, la calidad de Baptistao, el incansable Hernán Pérez, el mediocentro reconvertido a central David López, el portero Diego López, el trabajo de Javi Fuego, el pulmón Víctor Sánchez ...

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Sin olvidar el excelso compromiso del capitán Javi López o de la aportación de los canteranos. El festival del fútbol base arrancó con la aportación de Marc Roca, siguió con Aarón y Melendo y acabó con Marc Navarro (renovados ayer). Este último, lateral derecho, encadena dos partidos como titular y en los dos ha marcado. El mejor estreno. La victoria contra el Sevilla, aún en superioridad y con un 1-0 tras un penalti de Pareja en el minuto uno, confirma que el proyecto va por buen camino. Y deja claro, además, que el Espanyol no es ese equipo dubitativo del estreno de Liga, cuando encajó un 6-4 en el Pizjuán. De todos modos, nadie en el Espanyol se dejará hipnotizar por las alabanzas a estas alturas de temporada, cuyo gran punto negativo hasta ahora ha sido la eliminación de la Copa del Rey a manos del Alcorcón. «El elogio debilita», insiste Quique. Además de la inversión de Chen, toca trabajo, compromiso y humildad.