Imposible no hablar de la señora Obama. Casi tanto como lo es no darle vueltas al melón para descifrar la causa por la que ha elegido la Costa del Sol para pasar unas meteóricas vacaciones. Cuatro días son, al menos para los más pudientes, una mera escapadita que bien podría servir para cuadrar una agenda repleta de compromisos. Que sí. Que Marbella es la caña y Benahavís también. Pero si uno no puede preguntárselo personalmente a Michelle, también tiene uno el derecho a divagar sobre si la presencia de mujer del presidente de Estados Unidos en nuestro litoral gira alrededor de la gala benéfica Starlite. ¿Dónde? En el Hotel Villa Padierna, el mismo en el que se aloja la turista más buscada del planeta Málaga. Un evento cuyo programa arranca mañana con dos anfitriones de excepción, los actores Antonio Banderas y Eva Longoria. Dos artistas cuyo compromiso con los más desfavorecidos ha quedado sobradamente demostrado. Como lo está que en su día apostaran públicamente por Barack Obama cuando sólo era candidato a ocupar la Casa Blanca. Ese apoyo fue abierto y tuvo justo reconocimiento del propio presidente poco después de ganar las elecciones con la ayuda del voto latino. Tanto, que la misma Eva Longoria fue invitada por los Obama hace pocos meses a una gala celebrada en la Casa Blanca. Quién sabe si la actriz arrancó en esa cena a la primera dama un compromiso para asistir a la gala que comienza mañana con una visita a la Fundación Picasso. Aunque la gala también incluye una corrida de toros nocturna en el coso de Marbella que podría resultar mágica para Michelle, su participación en la gala se me antoja más probable el sábado. El programa de Starlite arranca ese día a las 20.30 horas con una irresistible alfombra roja y un cocktail que dará paso a una cena de cubiertos limitados. Y tras llenar la barriga, dos opciones. La señora Obama podrá presenciar las actuaciones en vivo de Rosario Flores, David de María, Rafael Amargo y otros, o meterse directamente en la piltra que apenas tendrá a unos metros para madrugar y salir pitando el domingo. Moraleja. Si esta mujer pisa la fiesta, confirmaría la teoría de que si ésta se celebrara en Chiclana, jamás habríamos colocado carteles de bienvenida que volvimos a quitar antes de que llegara Michelle.