Semana Santa 2024

Misericordia y Zamarrilla, la cara amarga del Jueves Santo de Málaga

Zamarrilla y ‘El Chiquito’ reciben el amor de sus devotos en un año en el que la Semana de Pasión no huele a incienso en sus barrios

Las bandas de Jesús Cautivo y Cruz de Humilladero ponen los acordes a estos momentos difíciles tras la suspensión de la estación de penitencia de la hermandad

En Zamarrilla, los veteranos recordaron el diluvio que les cayó en el Jueves Santo de hace 20 años

Una pareja de cofrades mira al cielo tras la suspensión de la procesión de Zamarrilla.

Una pareja de cofrades mira al cielo tras la suspensión de la procesión de Zamarrilla. / GREGORIO MARRERO

Si el Jueves Santo no fue todo los espléndido que se espera de este día fue por dos grandes ausencias que dejaron a este día huérfano de cuatro grandes devociones, populares, de barrio y muy queridas. Misericordia y Zamarrilla se quedaron en sus casas hermandad, amenazadas por la inestabilidad meteorológica y un itinerario que las deja expuestas a cualquier lluvia que pudiera aparecer. Fueron decisiones dolorosas, que a muchos hermanos les costó asimilar, especialmente cuando el resto de hermandades salieron, pero que resultaron la consecuencia lógica y prudente de la situación que se vivía en la tarde-noche de este Jueves Santo.

Los hermanos de la cofradía del Perchel cantan la marcha ‘Señora del Gran Poder’ junto a la Banda de Música de Cruz de Humilladero.

Ana Barranco

Misericordia

Camino de ida, camino de vuelta. Llamadas de teléfono, mensajes y notas de voz. Los miembros de las bandas de música de Cruz de Humilladero y Nuestro Padre Jesús Cautivo prueban sus instrumentos en calle Cuartelejo, algo apartados del bullicio del Jueves Santo. Pero este, el del veinte veinticuatro, tiene un sabor diferente. Tampoco huele a incienso en calle La Serna, en pleno corazón del Perchel. Como cada año, las puertas de la casa hermandad de la cofradía de Misericordia están a punto de abrirse, cuando el horario (la aguja pequeña del reloj) está a punto de marcar las ocho de la tarde. Pero esta Semana de Pasión es diferente. 

Frente al portón de la casa hermandad y la capilla, están todos: Acólitos, mantillas, portadores y nazarenos. Mientras se suceden los minutos, la tarde ya ha dado paso a la noche. “Podríamos haber salido”, se escucha decir. Otra voz le replica: “Ponía lluvia desde las doce”. La decisión de la Junta de Gobierno de la hermandad del Perchel, tomada “con gran dolor pero con una gran responsabilidad”, se ha basado en priorizar a los hermanos y a las imágenes de sus titulares, Nuestro Padre Jesús de la Misericordia y Nuestra Señora del Gran Poder

Y ahí están, en cuanto se abren las puertas. Los devotos y feligreses no tardan en entrar, en coger la oportunidad de estar un poquito más cerca de ellos. En una fila, poco a poco la distancia a las imágenes se acorta, y las emociones, hasta entonces contenidas, arrancan lágrimas y piropos para ‘El Chiquito’ y la Virgen del Gran Poder: “¿Qué se le dice al Chiquito? Guapo”. 

Es en este momento, mientras las páginas del relato del Jueves Santo continúan escribiéndose, cuando la Banda de Cornetas y Tambores de Nuestro Padre Jesús Cautivo acude a poner sus acordes al servicio de estos momentos difíciles para la barriada. Lo mismo hacen los miembros de la Banda de Música de Cruz de Humilladero. 

Los hermanos y hermanas del Perchel continúan entrando a la cofradía cuando comienzan los sones de ‘Señora del Gran Poder’: “Eres la estrella de mi barrio, ese tesoro que aguarda en mi capilla. Eres la luz que guiará mis pasos”. El sonido de los instrumentos es acompañado por voces femeninas y masculinas, que, quizás sin ser conscientes de ello, gritan: Esto es ser cofrade. Las voces no cesan. La fuerza de las cuerdas vocales sustituye este Jueves Santo a la de los hombros, las manos, los pies descalzos y los ojos vendados: “Un año entero soñando poderte mecer. Llevarte, lucirte y cuidarte, sentir esta noche la paz en todo mi ser”. 

Zamarrilla

La cofradía de Zamarrilla dejó huérfano el Jueves Santo. Las malas experiencias de años anteriores y un recorrido largo, sin apenas alternativas en caso de lluvia, aconsejaron a la junta de gobierno a suspender la procesión este año. Ha sido una decisión difícil, como reconocía el hermano mayor de Zamarrilla, Sergio Lucena, quien apuntaba que los partes que habían consultado daban mucha inestabilidad para la noche y las malas experiencias de años anteriores aconsejaron resguardar la procesión.

Miguel González, veterano hermano de Zamarrilla, recordaba como en 2004 salieron el Jueves Santo con la seguridad de que no habría agua hasta las cinco de la madrugada, pero al paso por la Tribuna Principal empezó a diluviar y así estuvo hasta el encierro. Hubo que poner calentadores en la casa hermandad para recuperar el manto.

No salir dejo a Málaga si uno de sus grandes referentes cofrades de este Jueves Santo. De hecho, Zamarrilla no fue a Málaga, pero Málaga sí fue a Zamarrilla, acudiendo mucho público desde antes de que fueran a abrir las puertas para ver a la Virgen y al Cristo de los Milagros.

La hermandad organizó rápidamente todo para atender a los visitantes. Incluso estableció turnos para que los hermanos pudieran subir a la balconada y tener cerca a sus titulares. Fuera, las bandas del Carmen y de Zamarrilla ofrecieron sendos conciertos ante los titulares de la cofradía. Y a las 22.30 horas, se celebró la estación penitencial que estaba prevista para el paso junto a la Catedral.