Clausuran dos vertederos ilegales en la Axarquía con escombros equivalentes a 24.000 camiones

La Guardia Civil ha clausurado en la Axarquía dos vertederos ilegales que sumarían más de 123.000 metros cúbicos de escombros procedentes de la construcción y la demolición, además de otros residuos peligrosos. Según ha informado la Comandancia de Málaga, hay 14 investigados por el posible impacto ambiental de estos recintos, que de confirmarse supondría la apertura de diligencias por un presunto delito medioambiental.

Los implicados, añade el instituto armado, podrían haber obtenido con la gestión ilegal de estas zonas en torno a 2.400.000 euros de beneficios. Los investigadores estiman que la cantidad de residuos acumulados en los dos puntos son equiparables a la descarga de 24.000 camiones durante la última década. Los hechos han sido denunciados ante la Junta de Andalucía, administración que ha ratificado las medidas adoptadas por la Guardia Civil y ya ha procedido a la incoación de los preceptivos expedientes sancionadores.

Las pesquisas surgieron de las actuaciones que los agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) desarrollan en la provincia de Málaga para combatir el vertido de residuos sin control y su tratamiento inadecuado, ya que suponen la contaminación de suelos y acuíferos, el deterioro paisajístico y la eliminación de estos residuos sin aprovechamiento de sus recursos.

Torrox

En la actuación llevada a cabo en Torrox, los agentes comprobaron que en la zona afectada, una parcela de 6.328 metros cuadrados, se vertían todo tipo de residuos "de manera indiscriminada". "El vertedero alcanzaba una altura de seis metros, lo que suponía un total de 36.000 metros cúbicos de residuos sólidos acumulados en esa zona", han indicado antes de añadir que el Seprona ya había denunciado esta actividad en varias ocasiones por los mismos hechos desde el año 2017.

La escombrera había alcanzado tal altura que en el centro de la misma había una torre de electricidad activa de media tensión que había sido semienterrada con todo tipo de residuos. Esto provocó que los cables quedaran a escasos cuatro metros de suelo, "lo que suponía un grave riesgo para la integridad física de los trabajadores, agricultores y usuarios que frecuentaban las zonas colindantes ya que, en el lugar se trabajaba habitualmente con maquinaria pesada, creando un alto riesgo de impacto o rotura del cableado".

Algarrobo

En Algarrobo, por su parte, la zona afectada por los vertidos alcanzaba los 8.730 metros cuadrados y alcanzaba una altura de diez metros, lo que suponía un total de 87.300 metros cúbicos de residuos. Durante la inspección del recinto, los agentes detectaron fuertes olores que procedían de residuos orgánicos. Los agentes también detectaron ruidos procedentes del terreno, "presumiblemente debido a la inestabilidad de los residuos allí arrojados, lo que suponía un riesgo añadido", y comprobaron que el cauce de un arroyo había quedado parcialmente sepultado, circunstancia que impediría el normal transcurso de las aguas.

La inspección también reveló la existencia de dos pozos/sondeos con el que se regaban los productos de un invernadero colindante, "con el consiguiente riesgo de verse afectado por las posibles filtraciones tóxicas generadas por el vertedero".