El rock británico de Kasabian y el talento de la familia Gainsbourg, encarnado en la actriz y cantante Charlotte, protagonizaron ayer la puesta en escena de la decimosexta edición del Festival Internacional de Benicássim (FIB), que desde primeras horas de la tarde acogía a miles de jóvenes seguidores.

Según la organización, serán unas 30.000 personas, en su mayoría anglosajona, las que inunden diariamente y hasta el domingo un recinto de conciertos de 130.000 m2 que representa desde hace años un ecosistema propio de referencia internacional.

El calor sofocante fue el inevitable protagonista de las primeras horas de un festival que comienza a dar rienda suelta a la energía contenida de fibers ávidos de un maratón de pop rock, música electrónica y hip-hop.

A primera hora de la tarde, la asistencia era notablemente inferior a la de ediciones anteriores, en la que se registró una afluencia de 50.000 personas diarias.

Pero hay cosas que no cambian, como el uniforme oficial: bermudas, zapatillas de deporte, gafas de sol estilo retro, teléfono móvil en el bolsillo, vaso de bebida en la mano y pulsera en la muñeca con el distintivo del festival.

La camiseta ya casi es una anécdota, especialmente a primeras horas, cuando aún azota el calor mediterráneo. Su sustituto es el biquini o la piel, enrojecida en muchos casos.

Precisamente el sol, amenazado por nubes lejanas aunque implacable, fue uno de los protagonistas del atardecer y motivo de aglomeración en las zonas de sombra, donde algunos invertían los primeros acordes en una siesta que prolongara su resistencia.

Laura, una fiber de 24 años de Madrid que llegó para disfrutar de unos días de playa como paso previo a la gran fiesta reconoce que el relax no es una misión fácil. «Todas las noches hay alguien armando ruido o tocando la guitarra y cantando, pero bueno, esto no es un monasterio para la meditación».

Otros, en cambio, llegaron ayer mismo exhibiendo sus intenciones de guerra. «!Hemos venidos a darlo todo!», grita Pedro, de Cuenca, que lleva una bandera de España pegada al sombrero y canta «yo soy español, español, español».

No obstante, algunas zonas, como la de las tiendas, reducida a menos de una decena de puestos, presentaba ayer un aspecto menos colorido y animado que otros años, en los que constituyó un auténtico mercadillo de ropa, discos y recuerdos.

La primera jornada de festival era hasta 2006 una reducida fiesta de bienvenida, pero ahora es equiparable al resto de noches. Por ello, una de las actuaciones más esperadas para el público inglés, Kasabian, volvió anoche al Escenario Verde, pero como primer espada. Los de Leicester defendieron su premiado y poco conocido en España West Ryder Lunatic Asylum.

Charlotte Gainsbourg —hija de Serge Gainsbourg y Jane Birkin—, premiada como mejor actriz en el Festival de Cannes, fue otra protagonista de la velada. En el apartado español, destacaba ayer la actuación del grupo catalán Love Of Lesbian.