En 2013, Álex O’Dogherty fue uno de los actores revelación con el éxito de la producción cabaretera «The Hole». También fichó como colaborador en lo nuevo de Buenafuente y debutó discográficamente, a pesar de componer desde hace más de veinte años.

Usted lleva años en el mundo de la música. ¿Por qué ha decidido lanzarse ahora como cantante y publicar un álbum?

Así como está la industria, sé que es el peor momento para hacerlo. Pero es que antes no había tenido tiempo suficiente. El primer intento que tuve fue en 2005, cuando hice bolos con una guitarra y un piano. Pero empezó justo Camera Café, gracias a Dios, claro. Y eso me dificultó ponerme a ello, a pesar de que seguía componiendo canciones en casa. Luego enganché con Doctor Mateo, y hasta que no terminó no pude ponerme. Entonces comencé en The Hole y conocí a Miguel Marcos, el guitarrista de La Bizarrería, que me animó. Después de tantos años en la música, no me iba a echar atrás. He invertido mucho dinero en este disco y todavía no lo he recuperado, pero creo que la gente está muy contenta y está mereciendo la pena.

Ha tenido ojo para las colaboraciones: Kiko Veneno, Mastretta, ToteKing. ¿Un debut con los mejores?

Cada uno de estos músicos, con su propio estilo, me ha marcado. A Mastretta lo conozco, es un genio. Está tocando en cuatro canciones y creo que ha mejorado el disco. A Kiko también le conozco de hace muchos años, de mi etapa en Sevilla. Y sobre ToteKing, debo decir que soy muy fan suyo, sobre todo desde que me aficioné al hip hop sevillano. La próxima vez contactaré con Sato, el cantante de SFDK, para hacer algo con él.

Su disco se titula Mi imaginación y yo. ¿Es posible hacer canciones hoy en día que den la espalda al exterior?

En efecto, el disco es un poco eso, mis cosas.No habla de un tema en concreto. Hay amor, humor, ambos juntos, cosas absurdas... Yo no soy un cantautor protesta

Empezó a cantar en el metro de Londres junto a un amigo. ¿También le pidieron una identificación y hubo de pasar un examen

Precisamente me estoy preparando algo para protestar contra eso, pero no lo puedo contar aún. Hace veinte años de eso en Londres y no había mucha regulación. Con toda lógica, la gente se organizaba entre sí sin necesidad de reglas externas.

¿Madrid se está convirtiendo en una ciudad impracticable?

Absolutamente sí, escríbelo en letras mayúsculas. Sobre todo desde que está Ana Botella. Madrid está llena de prohibiciones: por el ruido, para tocar en la calle, es un horror. La están dejando sólo para unos cuantos y nadie más. Pero lo combatiremos

Vamos, que no se puede hacer ná, como cantaba usted en el programa de Buenafuente.

Exacto. Esa canción venía por la aprobación de la nueva Ley de Seguridad Ciudadana. En el programa me ha tocado el papel de cantante protesta, aunque en realidad no lo soy. Pero está bien, así practico otra cosa y me divierto.

Tampoco se podrá abortar. Eso no lo decía usted en la canción.

Es un tema al que posiblemente le dedicaré otro tema.

¿Y a la infanta también le cantará?

Me lo han propuesto. En este sentido y con esta gente que nos rodea, la verdad es que tendría temas para varios años.

Wyoming, Jordi Évole, sus canciones en Buenafuente... ¿España se ha puesto las pilas en sátira política?

Sí, ahora que lo dices sí. Cuando estuve por EEUU haciendo monólogos, vi que el cómico político era una figura que estaba instaurada. Aquí no existía. Y ahora se está empezando a implantar. Creo que hacía buena falta. Wyoming es el número 1 y el número 2 en este género. Jordi también trabaja con el humor, pero no hace comedia. En mi caso, no soy la persona indicada para desarrollar este tipo de humor, pero he aceptado el reto de Andreu Buenafuente. Yo, por mí mismo, haría canciones más idiotas. Más en mi estilo.

Repite en la segunda parte de The Hole. ¿Hay continuación porque España sigue en el agujero?

Sí, quizá estemos un poco mejor, pero seguimos en un gran agujero. Pese a ello, no pararemos de inventar. En esta segunda parte, el personaje de la rata se encarga de sembrar dudas en mi personaje, a punto de casarse con una abogada.