'Conservar y divulgar'Daniel SilvoGalería Isabel HurleyHasta el 11 de marzo

Quizás nos encontremos, en el título de la exposición, con dos conceptos claves inherentes al arte y a sus objetos. Se trata de la conservación -el legado que heredamos de nuestros antepasados- y la divulgación -el discurso que dejaremos en torno a las obras de arte que están por crear a nuestros predecesores. Sabemos que hay materiales usados en el arte que no aguantaran el paso de los años pero ¿qué hay detrás de ese formalismo que encierra la obra de arte? Obviamente reside su concepto, su sentido, o todo aquello que somos capaces de depositar en él y que, en la mayoría de las ocasiones, excede el propio pensamiento con el que el artista elaboró la pieza y que es inmaterial. Lo que nos encontramos en las obras de arte son dispositivos abiertos, en el más puro sentido semiológico, que permiten múltiples lecturas del espectador. Es por ello que es necesario preservar estos objetos pues son fuente de conocimiento inacabable. Pura especulación que, por otro lado, tampoco se sabe muy bien para qué sirven en términos puramente funcionales.

Aquí está la ironía del asunto con la que, a mi modo de ver, Daniel Silvo trata de plantear el ser del arte en el espacio galerístico. Más allá de la terminología que se trabaja está ¿para qué el arte? y cual es su función en la contemporaneidad. Tal vez una cuestión que nos conduzca al fracaso en cuanto a su respuesta. Así, los tres proyectos que pueden verse comenzarían con una serie de piezas que tratan de preservar las obras maestras del videoarte de autores como Bill Viola o Marina Abramovic traduciéndolas y copiándolas a un material duradero y noble como el mármol. Tiene especial interés una pieza de Bruce Nauman copiada en poliuretano expandido en color gris. La serie termina adquiriendo un aspecto monolítico, más propio de la ciencia ficción, como restos de nuestra civilización en un futuro próximo.

Los otros dos proyectos, o conjuntos de piezas según se mire, sí tratan de ahondar en cuestiones sociales o políticas donde la práctica del arte puede tener sentido. Tal es el caso de las fronteras, que llevan intrínsecas el problema de la inmigración. Aquí Silvo realiza un ejercicio de enterramiento de piezas en lugares calientes como son la frontera sur de los Estados Unidos y la de Marruecos. Lo que queda de la performance -del abandono de las copias en estos territorios- es un documento que, en el caso marroquí, cristaliza en una fotografía, única y enmarcada, de estos mármoles y mil copias en blanco y negro de esa misma placa que acompañan a la imagen en color. Dust es un video multicanal de 2016, que muestra el recorrido a través de la frontera americana donde se abandonan cuatro obras originales y únicas de cuatro reconocidos artistas de la zona quedando un proyecto que cuestiona el lugar del propio espacio expositivo como pretendieran en los sesenta los artistas del movimiento Land-art.