El legendario cantante y compositor Albert Hammond se ha ido a las montañas de la Axarquía para escribir un musical sobre, quizás, la montaña más famosa de los Alpes: el Cervino, o Matterhorn, en alemán. Precisamente Matterhorn será el título del show que ultima Hammond, junto a los arreglistas Koen Schoots y Steve Margoshes, y que se estrenará en febrero del próximo año en Suiza.

Hammond es todo un enamorado de la Costa del Sol. En sus años de juventud era habitual ver al gibraltareño veraneando en Marbella, una tierra con la que ha seguido manteniendo el contacto. Y tampoco es complicado verle actuar entre nosotros: hace tres temporadas fue uno de los componentes de la nómina de estrellas del Festival Starlite de Marbella y también uno de los artistas elegidos por Tivoli World para celebrar su cuadragésimo aniversario. Pero hasta ahora no sabíamos que también aquí podía encontrar la inspiración para sus canciones. Aunque Matterhorn, por supuesto, es mucho más que un tema pop. «El musical es la historia de Edward Whymper, el inglés que fue el primero en coronar el Cervino. La idea detrás del show es mostrar el choque entre el ser humano y la naturaleza», analiza el autor de It never rains in Southern California en una reciente entrevista con The Arts Desk. Prosigue: «En 1865, cuando ocurrió todo esto, Edward Whymper, que no era realmente un escalador, sino un sketcher, se enamoró de esta montaña, que era virgen. Pronto para él se convirtió en algo más que una montaña».

El proyecto surgió del propio autor del libreto, Michael Kunze, tras ver uno de los conciertos de Hammond. «Vino a verme y me dijo que le encantaría trabajar conmigo. Yo le respondí: Encuentra un proyecto. Y vino con Matterhorn», recuerda el también padre de uno de los guitarrista de The Strokes. Meses después, Albert Hammond, un conocido estajanovista, un trabajador incansable («Si me voy a morir, prefiero que sea en un escenario, no en un sillón con un mando de televisión en la mano») y un auténtico enamorado de la música («Te alegra el día, no importa lo que haya fuera. Los esclavos sobrevivieron cantando. La música que tienes por dentro te hace seguir décadas y décadas»), puso rumbo a la Axarquía con Schoots y Margoshes en busca de la tranquilidad y la inspiración para levantar una de sus empresas artísticas más ambiciosas (que, ojo, simultanea con su larguísima gira mundial In Symphony, en la que, sí, repasa sus grandes éxitos respaldados por una orquesta sinfónica). Este hombre no para quieto.