La antigua prisión provincial de Cruz de Humilladero abrirá sus puertas como centro cultural multidisciplinar en 2022 bajo el nombre Distrito 6 (D6, en su forma abreviada). El proyecto nace con la intención de apoyar a la producción cultural local y descentralizar la oferta de la ciudad en esta materia. Para que la idea cobre forma serán necesarias distintas intervenciones en el edificio, al que se le añadirán varios espacios de nueva construcción aunque «manteniendo en esencia» su identidad original.

Así lo explicaron este martes el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, junto al jefe de Servicio de Obras en Patrimonio Municipal, Francisco Eguilior, y el arquitecto y reconocido gestor Carlos Baztán, responsable del éxito de la madrileña factoría cultural Matadero, en la que se inspira el nuevo proyecto malagueño, cuyo coste total supondrá una inversión total de 24 millones de euros (12 en una primera fase, hasta su inauguración en 2022, y una segunda fase de otros 12 millones hasta 2025).

Distrito 6 será un centro multidisciplinar, con espacios flexibles de creación, producción, exhibición y experimentación. Con espacios compartidos para uso individual y colectivo. Un centro abierto a la ciudad con programaciones de actividades de artes visuales, escénicas, cine y audiovisuales, artes aplicadas, literatura, música, arquitectura y diseño, gastronomía y nuevas formas mixtas de expresión creativa.

La actuación arquitectónica en el edificio se plantea con criterios de sostenibilidad tanto económica como medio ambiental y de eficiencia. Se concibe como un centro flexible, con la idea de que un mismo espacio «pueda ser usado con distintos fines incluso a lo largo del mismo día y que las salas puedan servir tanto para producir como para exhibir», según explicó Eguilior, que aseguró que la configuración habitual de una cárcel, con el cuerpo de ingreso, la nave principal, las dos naves transversales y el paseo de ronda, se mantendrá, a la vez que se abrirán los patios interiores de la cárcel «para poder hacer uso de ellos desde el exterior».

El proyecto propone la demolición de los dos pabellones delanteros. La nueva planta ocuparía los sectores noreste y noroeste resultantes de la demolición de los pabellones traseros, para implantar espacios de grandes dimensiones, al servicio, sobre todo del cine y audiovisuales y de las artes escénicas. La nueva planta se ubicará de tal manera que no se adueñe de la imagen del complejo; la solución propuesta se acercaría a los 14.500 metros cuadrados construidos y 5.000 metros cuadrados libres.

Según explicó Baztán, el nuevo centro suplirá algunas carencias que presenta la ciudad, como la de «espacios de gran formato para artistas visuales o para producir cine y espacios escénicos de configuración variable». Entre estos espacios destacan un patio-plaza que acogerá manifestaciones culturales de distinto tipo, instalaciones para un gran plató, dos minicines para exhibición y otros para teatro y danza.