Los orígenes del Centro Ecuestre Artequus se remontan al año 1989, de la mano de Miguel Barrionuevo en Alhaurín de la Torre. No fue hasta 2016, cuando su hijo Alejandro, inauguró el Artequus Thèâtre. De la mano de la compañía ha recorrido Asia y Europa con sus espectáculos, incluso han actuado para las Naciones Unidas. "Cuando salimos fuera el 50% es prestigio y el otro 50% está en el escenario", afirma el director de Artequus, Alejandro Barrionuevo. Entiende el teatro ecuestre como la interpretación del caballo y del artista.

En Artequus Thèâtre trabajan con la innovación, ofreciendo una fusión de diferentes disciplinas, combinando el canto, la danza, la interpretación y la equitación. Si hay algo que caracteriza a esta compañía y sus espectáculos, es el protagonismo del caballo. "El caballo es un actor, no se trata de una máquina que trabaja para el jinete. El caballo no tiene que hacer lo que dice el jinete, se mueve según su bienestar, porque puede actuar de mil maneras diferentes, según su estado de ánimo hará una cosa u otra", explica Barrionuevo.

Acompañados de una banda sonora que fusiona la música de diferentes culturas como el flamenco o la oriental, mezcladas con una iluminación y una decoración que "exaltan la belleza del caballo", hacen de este espectáculo algo novedoso y único. "Aquí no existe el diálogo, sino la expresión corporal, lo que el caballo realmente quiere dar en cada momento, en cada escena".

Para la compañía, el animal es lo más importante, por lo que los cuidan con mucho mimo y cariño y en perfectas condiciones. "Cuando estamos en época de espectáculos tenemos ensayos que suelen durar alrededor de 15 minutos porque lo que queremos es que el caballo no se canse, no se estrese". Barrionuevo hace hincapié en la salud y en los cuidados de estos animales, puesto que "el caballo es un deportista de élite, tienen que salir a pasear, entrenarse y cuidarse. Se cuida mucho su alimentación y tienen una dieta especial".

En estos cuatro años, han desarrollado dos espectáculos, Vertikal y Unalome. Este último cierra su temporada con actuaciones el viernes 27 y el sábado 28 de septiembre. Si algo caracteriza ambas exhibiciones es que están ambientadas en las diferentes culturas y religiones.

Estas obras tienen un hilo conductor que capta la atención del público "quien queda muy impresionado". En sus espectáculos, es el público quien construye la historia en su mente. "Hacemos un cúmulo de sensaciones que transmitimos al público y le llegan al corazón".

El teatro ecuestre no solo es un espectáculo para los amantes de los caballos, está pensado para aquellos que aman la vida, el arte y los animales.