Comienza a ser una tradición, pero de las preocupantes: un año más, la popular cita del sector artístico, la Feria de Arte Contemporáneo de Madrid (ARCO, que mañana abre sus puertas), no cuenta con ninguna galería malagueña en sus pasillos. Y así vamos desde el 2014, cuando se interrumpió un ciclo de 15 años de participación ininterrumpida de establecimientos e instituciones de nuestra capital y provincia. Así que una edición más la realidad es ésta: la «ciudad donde habita el arte» (eslogan del Ayuntamiento de Málaga

Ya son historia los viajes institucionales de Málaga a ARCO para presentar más o menos espectaculares stands propios en la Feria y realizar adquisiciones de piezas. La crisis económica zanjó abruptamente los presupuestos para estas iniciativas, sin que se hayan restablecido años después, con la recuperación. Pero es que las instituciones eran las principales compradoras de las galerías locales, que notaron pronto el cierre del grifo institucional. Además, ninguno de los tres locales más importantes del ramo en la Costa del Sol, JM, Isabel Hurley y Yusto/Giner han conseguido interesar al comité de la cita con sus proyectos en los últimos años. Mientras tanto, ciudades como Sevilla (con dos galerías), Valencia y Palma de Mallorca (con tres) sí cuentan con representantes; por no hablar de otras, como Badajoz (con una), como ejemplo de ciudades con menos habitantes y bastante menos destacado tejido cultural propio.

Turismo cultural

La supuesta pujanza malagueña en el ámbito artístico bien pudiera deberse exclusivamente a la inyección de dinero público en importantes proyectos expositivos y no a la existencia de una red real, en el ámbito también privado, de compra y venta de piezas contemporáneas. Porque, aseguran los expertos, una cosa es la cultura en sí misma y otra diferente el turismo cultural, ámbito éste en el que nuestra capital se ha zambullido intensamente de unos años a esta parte. Quizás la oferta artística malagueña tenga más acomodo en ferias turísticas, como la inminente ITB de Berlín que en citas más puramente artísticas como ARCO. Y de ahí quizás surja esa paradoja en la que vive instalada Málaga desde hace unos años: la ciudad de los museos apenas tiene galerías de arte, espacios de más o menos vanguardia con proyectos ambiciosos.

Los creadores malagueños acudirán a Ifema, sí, pero representados por galerías de otras ciudades: Nono Bandera, Rogelio López Cuenca, Regina de Miguel, Alfonso Albacete, Carlos Aires y Manuel Franquelo, entre otros, hace tiempo que son manejados lejos de su tierra natal. Si es que alguna vez lo fueron.