Crítica musical

Pablo González vuelve al podio de la OFM

Alejandro Fernández

Alejandro Fernández

Tres temporadas han debido sucederse hasta la vuelta al podio de la Filarmónica de Málaga de una de las grandes batutas del panorama nacional, la del maestro Pablo González. El director ovetense se reencontró con el público malagueño con tres enormes páginas en programa a las que dotó del necesario aliento como para firmar un concierto sólido, cercano y claro en sus líneas maestras.

En ocasiones estas grandes páginas del repertorio suscitan diferencias en la interpretación entre los melómanos pero González fue capaz de trabar tan equidistantes trabajos como el Egmont beethoveniano o Stravinski como página de cierre y situando en el corazón el estreno por parte de la OFM del Concierto para trombón y orquesta de Brotons.

El maestro González contó con la complicidad de los profesores de la Filarmónica que a pesar de las exigencias del concierto firmaron una velada de altísimo nivel técnico y artístico destacando especialmente las secciones de maderas y bronces, bien empastadas y muy cuadradas a las entradas del maestro González sin desmerecer unas iluminadas las cuerdas -soberbias las violas y cuerdas graves- cerrando el círculo.

Del conjunto de piezas escritas por el genio de Bonn para el drama Egmont de Goethe tan sólo la obertura se interpreta en la actualidad y en raras ocasiones se afronta la interpretación de todo programa musical escrito por Beethoven. No obstante, en la obertura Beethoven avanza las tensiones que genera el drama de Goethe contrastando dos temas que identifica con los protagonistas y su destino. Pablo González fue acumulando la tensión dramática hasta la sección final con precisión dinámica, controlando la emisión y cediendo buena parte de la expresión a los atriles algo que contribuye la propia dirección del maestro de gran claridad gestual aliada a unas entradas milimétricas.

Enfrentarse a la música actual exige al oyente un ejercicio de atención activa y que en ocasiones no basta con una sola audición como le puede ocurrir al Concierto para trombón de Salvador Brotons que aunque estrenado en 1997 no ha sido hasta ahora abordado por la OFM. El compositor catalán ofrece una partitura elaborada en detalles sonoros, llena de contrastes y continuos giros. Brotons explora el color orquestal pero que sobre todo descarga buena parte del discurso musical en la claridad técnica del solista que para la ocasión se confió a XImo Vicedo solista de la ORTVE. Vicedo insufló vida al instrumento que defiende con solvencia y credibilidad a pesar de las notables exigencias a las que Brotons somete al solista. Destacar el sentido lírico del segundo tiempo en contraste a la agilidad del tiempo de cierre.

Ficha técnica

  • Fecha y lugar: 11-11-2021 Teatro Cervantes.
  • Solista: Ximo Vicedo, trombón.
  • Dirección: Pablo González.
  • Programa: Egmont, op.84, de L. V. Beethoven; Concierto para trombón y orquestas op. 70, de S. Brotons y El pájaro de fuego, suite (1945), de I. Stravinski.

Casi cuatro décadas después de la redacción de El Pájaro de Fuego, Stravinski aborda una tercera suite orquestal articulada en cinco secciones en la que desborda los límites de la orquesta asentado en el profundo conocimiento del color, el timbre y el contraste. Elementos que en la batuta de Pablo González cobraron personalidad propia, con carácter. La gran virtud de la batuta de González radica precisamente en esos escenarios sonoros que plantea donde la música respira y gana espacio,  permite el diálogo entre secciones y atriles solistas y finalmente conecta con el auditorio. Son pocos los directores de tal proeza.

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