Música

Zenet: adiós a la vida de bohemia, hola a la «claridad»

El cantante, actor y pintor malagueño celebra la madurez que le ha traído su nueva vida, lejos de las drogas, con sus paisanos en el Teatro Cervantes, presentando esta misma tarde su disco de duetos 'Zenetianos' - Amigos como Javier Ojeda, Suzette, Deni Peña y Dry Martina acompañarán al malagueño sobre las tablas del templo de Ramos Marín

Zenet, en una imagen promocional reciente. | LA OPINIÓN

Zenet, en una imagen promocional reciente. | LA OPINIÓN / alba ruiz. málaga

Alba Ruiz

Ya casi se escuchan los primeros acordes. Y no es producto de la imaginación. Es su vuelta al escenario más importante de Málaga. Quedan pocas entradas para llenar el aforo. Esta tarde, Toni Zenet vuelve al Teatro Cervantes para presentarle a su ciudad su último disco, Zenetianos, una colección de duetos que salió hace un año, en plena pandemia, cuando la música era algo más que melodías y ritmos.

No es su primera vez en el templo de Ramos Marín, claro. «Regresar al Teatro Cervantes para mí es una cita obligatoria donde vuelvo a reencontrarme y sorprenderme», reconoce Zenet. Una noche muy especial en la que le acompañarán artistas y amigos de su tierra, la nuestra, como Suzette Moncrief, Dry Martina, Deni Peña o Javier Ojeda. Todos ellos arroparán a un cantante que ya es un sello musical reconocible internacionalmente. En su ciudad, en Madrid o en La Habana, donde recibió un premio del Instituto Cubano de la Música a mejor cantante extranjero por La Guapería en 2019. Luego, gira en México y un avión de vuelta para un confinamiento repentino en marzo de 2020.

Con Zenetianos quería expresar el signo de los tiempos en los que nos encontrábamos, lo concebí como un regalo, como alguien que viene a tu casa a la hora del café y te canta un tema

Quienes conocen a Zenet y a Toni saben que no se podía quedar quieto mientras el mundo se detenía. «Con Zenetianos quería expresar el signo de los tiempos en los que nos encontrábamos, lo concebí como un regalo, como alguien que viene a tu casa a la hora del café y te canta un tema», explica Zenet al recordar cómo surgió este proyecto en el que se embarcaron zenetianos de pro como El Kanka, Rozalén, Sílvia Pérez Cruz y Vanesa Martín, entre otros; un viaje en el tiempo por su repertorio y por los 14 años desde su debut discográfico, desde sus primeras canciones hasta las últimas. Por cierto, ¿qué le diría el Zenet de hoy al de hace 14 años, el que lanzó Los mares de China? «Yo le diría: Tranquilo, que todo se andará, los caminos se van marcando y si insistes, insistes y vuelves a insistir, si no te rindes con el primer empujón o patada que te den, llegarás».

Porque la vida y la música de Zenet es una lucha paciente por ser quién es. Ahora lleva ya ocho años sin consumir, limpio; ocho años de una nueva vida que surgió a partir de una visita a un centro de desintoxicación. Zenet define cómo, gracias a la recuperación, mantiene una propia confluencia de sus caminos que son los que le llevan a su propia identidad. «¿La música realmente sana?», le preguntamos. El cantante está seguro de que sí y, además, explica que la musicoterapia está cada día más introducida en las batallas médicas contra la drogodependencia. Él mismo hace sesiones. Todo sea por evitarles a los demás lo que él experimentó en primera persona: «La adicción lleva a la deshumanización, deshumaniza a la persona, hasta la forma de querer, todo se convierte en un objeto, todo se cosifica y una forma de volver a humanizar al paciente es pasando por terapias no verbales, que abren canales con tus emociones que están bloqueadas». Y ahí está la música, el arte... El sentimiento.

El pasado y el futuro forman el presente. Como un vaivén. Las palabras de Zenet se sinceran y hablan de la claridad. Recuerda cómo esta le daba miedo cuando empezó a recuperarse: «Yo siempre había visto la vida a través de una especie de cristal ahumado; es muy curioso, pero uno cree que vive en la claridad cuando realmente vive en la fabulación». Hoy, libre, el malagueño vive, pero vive de verdad.

Un rugido de 2.000 personas suena a todo pulmón. La vida bohemia del artista. El aplauso que satisface el ego y te lleva a la euforia. Debe de ser difícil no caer en la tentación de la existencia del intérprete, el que vive y exprime la noche. Pues para Toni no supone un gran problema, ya que cuenta con grandes aliados: «Una hora de deporte al día y una buena lectura para desconectar del mundo exterior».

Pintura

Sin olvidarnos de otra afición que cada vez está llevando más lejos el cantante: la pintura. De hecho, en su currículum como actor sigue destacando su interpretación de Pablo Picasso en las series El joven Picasso y El ministerio del tiempo. «Yo pinto desde muy pequeño, es algo que siempre me ha acompañado». Acaba de inaugurar una curiosa muestra propia: «Como soy muy curioso descubrí que se puede exponer en el Metaverso de realidad aumentada de OVR, y así lo hice».

Zenet espera con ilusión a la tarde de hoy en el Cervantes. Pero, como no puede quedarse quieto, prepara su siguiente proyecto. Está componiendo, pero eso no lo es todo en su próxima aventura. «Llevo casi dos años conociendo poetas, mirando un poco cómo está el tema de la poesía en España», cuenta Zenet. Un saco que se va llenando. Un proceso de selección de diferentes generaciones. Versos y rimas. Y la poesía, una vez más, se convertirá en canciones desde su garganta, la de un hombre que, ahora sí, vive de verdad y nos ayuda a los demás a que lo hagamos.

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