Entrevista | María Peláe Cantante

«Toda persona que ha estado en Benidorm Fest es zorrista»

 La artista malagueña, tras postularse para representar a España en Eurovisión, vuelve a encarnar a Lorca en un espectáculo concebido por Carlos Saura y con el que está de gira por toda España

El Benidorm Fest «ha sido un viaje maravilloso», apunta la artista, que gustó con su reivindicativa apuesta, Remitente

María Peláe cogió el testigo de India Martínez en esta obra.

María Peláe cogió el testigo de India Martínez en esta obra. / Sergio Parra

Montse Terrasa

Ha participado en Benidorm Fest ¿Volvería a presentarse a este concurso? ¿Qué tal ha sido su experiencia ahí?

Acabo de llegar [Risas]. De hecho, y no te miento, deshice las maletas ayer [por el miércoles], porque fue llegar y tuvimos cinco sesiones seguidas de Lorca por Saura en Madrid y no había tiempo para deshacer maletas. Pero sí, ha sido un viaje también maravilloso. Encima lo que yo he cantado, Remitente, que ya de por sí me removía por dentro, después me he dado cuenta de que tenía mucho que ver con todo lo que cuento también en la obra.

¿Es de las que identifica la palabra zorra como una reivindicación feminista?

No veo necesaria toda la tergiversación que ha habido después con la canción. Creo que hubiera ocurrido con cualquier canción que saliera porque siempre ocurre. Tenemos muchas veces, en España, esta manía de tirarnos piedras encima cuando hay cosas que hemos decidido. Igual te podría decir que si hubiera salido Remitente ahora mismo me estaría cayendo de por todos lados por hablar de La Desbandá. Yo creo que todos estábamos expuestos a eso, pero no quita que se busque más la polémica que lo que es en sí, y encima yo no puedo ser objetiva cuando he visto el trabajazo que hay detrás, que hemos convivido dos semanas y he visto cómo mis compañeros y compañeras estábamos allí todos malos de los nervios. O sea que hemos trabajado muchísimo para hacer las cosas bien y bonitas y que después todo se resuma en ¿crees que zorra es feminista? Yo creo que hay mucho más discurso detrás y que deberíamos de abrir un poco más los ojos y las orejas y no remitirnos a alguna frase concreta. Por supuesto que toda persona que ha estado en Benidorm Fest es zorrista, es evidente.

Hablaba de La Desbandá. En Palma todavía hay un monumento al crucero Baleares, que la provocó...

Uno de ellos. Sí, seguimos teniendo mucha reminiscencia. En Málaga, ¿por qué el hospital Carlos Haya se llama Carlos Haya? Hay muchas cosas todavía por ahí. Por eso creo que, a veces, hay que hablar de lo que ha pasado precisamente para que no se repita o que por lo menos que el arte no esté o no vaya a favor de eso.

Vamos con Lorca por Saura. ¿Cómo definiría la función?

Lorca por Saura es un viaje, tanto personalmente hablando como creo que para el público. Y un viaje muy completo. La manera en la que está engranado, la música con lo recitado, con la historia, con cada viaje de Lorca, con el porqué de cada viaje y lo que significó para él... Yo creo que la palabra que lo define es viaje absoluto.

Usted es Lorca, por encima de géneros.

Exacto, yo soy Lorca. Con todo el honor y respeto que conlleva decir eso.

¿Y cómo es este Lorca?

Bueno, pues he tenido que buscar y escudriñar mucho dentro de mí misma para hacerlo lo más fiel a lo que creo que pretendía decir en cada momento, en cada recitado o en cada momento de su vida. Hay puntos en los que sí he intentado llevármelo muy a lo mío para que también haya mucho de verdad. Pero todo eso, evidentemente, supervisado por todas las notas de Saura, porque claro, el año pasado lo interpretó India Martínez y él seguía vivo, y este año lo que hemos intentado es aumentar el homenaje a Saura. Y, sobre todo, no salirnos de lo que él pretendía con la obra. Aunque se hayan añadido cosas nuevas, algunas de ellas son, sobre todo, por darle algún plus. Yo propuse, por ejemplo, tocar la guitarra dentro de la obra y es algo que encajaba perfectamente y que, creo, en ese momento también le iba a dar un punto de emoción. He intentado ser un Lorca muy sincero y muy obediente dentro de todas las pautas que había para que se mantuviera el legado.

Como intérprete, ¿qué le ha supuesto? Porque una cosa es cantar y otra cosa es subirse a un escenario y recitar.

Sí, para mí ha sido un aprendizaje absoluto. Cuando yo he hecho algo más relacionado con teatro siempre ha sido más improvisación o musicales, pero el día que yo recibí ese guion, ya vi que eso era otra cosa. «La aurora de Nueva York tiene cuatro columnas de cieno…», esto no es improvisado, estúdiatelo de pe a pa. Y la verdad es que ha sido muchísimo trabajo, pero estoy muy contenta con el resultado y cómo se está viviendo la obra, porque tiene mucha vida dentro de la misma obra.

Se juntan dos genios en la obra. Por una parte, tenemos a Lorca y luego tenemos la visión de Saura.

Total, la visión de Saura. Hay veces que cuando veo alguna foto o algo de la obra y me veo desde fuera, ves cómo todo encaja perfectamente, por qué los dibujos de Saura están donde están y cómo están y en el color que están. Hay tanto trabajo detrás y todo tan bien medido que cuando me lo propusieron no me quedaba más que sentirme superdichosa y, con todo el respeto del mundo, meterme en este viaje.

Dice que se ha respetado el montaje de Saura, pero hay pequeños cambios.

Hemos añadido cosa más que hacer cambios. Por ejemplo, yo venía cantando desde hace muchos años el Vals vienés, lo tocaba en salas de canción de autor con guitarra. Al encontrarme de repente con esa canción, yo sabía que le iba a dar un punto más profundo si también tocaba la guitarra, por ejemplo. Cuando hemos añadido cosas ha sido por darle incluso más sentido, por lo menos para mí, y para ganar en verdad en ese directo.

¿Y cómo ha sido encajar en un espectáculo y en un equipo que ya venía de una temporada anterior? ¿Ha sido fácil?

Me ha sido fácil por los compañeros que tengo, tanto Saturna (Barrio) como Alberto (Amarilla), que son dos pedazos de profesionales, han estado ahí, pero a hierro, ¿sabes? Las primeras semanas fueron duras en el sentido de que yo nunca me había expuesto a una obra de prácticamente dos horas. Yo no me quiero meter en cosas que yo no pueda controlar, pero me han dejado también soltarme, sentirlo y expresarme como yo quisiera en algunos momentos y siempre supervisando que yo me sintiera a gusto. La verdad que ha sido una maravilla. Incluso la hija de Carlos Saura también ha supervisado alguno de esos ensayos. La primera vez que lo vio, ella salió súper contenta y yo dije: «Vale, vamos bien, María, vamos».

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