Entrevista | Ángel Calvente Director de El Espejo Negro

"Las marionetas son los actores totales, tienen esa máscara que las desinhibe de la realidad"

 En 1989 trabajaba como diseñador gráfico pero quería convertir su pasión, contar historias, en su profesión. Y montó El Espejo Negro, la compañía malagueña que ha resignificado el teatro de marionetas para adultos. Entre el 7 y el 9 de marzo regresan al Teatro del Soho-CaixaBank con su adaptación de El verdugo

La compañía celebra sus 35 años de carrera, que surgió «de la necesidad emocional de contar historias a través de las marionetas»

Ángel Calvente, con una de las marionetas de «El verdugo».

Ángel Calvente, con una de las marionetas de «El verdugo». / L.O.

Guadalupe Gavilán

Vuelve El Espejo Negro al Teatro del Soho-CaixaBank para reponer El verdugo, que estrenó precisamente aquí hace un año. Se lo habrán preguntado en muchas ocasiones pero aquí va una más: ¿cómo surgió este proyecto?

Pues surge de un recuerdo de infancia. Yo creo que tendría unos 14 ó 15 años cuando vi la película por primera vez en televisión y me quedé muy impactado porque me pareció muy bruta al mismo tiempo que te reías con muchas de sus escenas. Hubo de hecho una escena que me dejó muy atrapado que fue cuando al verdugo lo arrastran por un patio totalmente vacío de todo y de pronto aparece otro grupo de personas arrastrando al reo y no sé quién chillaba más, si el verdugo o el reo, y esa mirada que hay entre los dos, ese pequeño segundo... me atrapó por completo. Por tanto, ese recuerdo durante muchos años ha estado ahí dentro de mí y llegó un momento que no sé qué, si la inspiración, las ganas... decidí que quería hacer la obra y que estaba preparado para adaptar un guion tan complicado a mi estilo de teatro, que es el de las marionetas.

Anime al público que no la haya visto a que pase por la taquilla, por favor.

He puesto todo lo mejor de mí sobre el escenario, es una función que ya se ha movido por muchísimas partes y es un espectáculo que no va a defraudar a nadie. He sido muy riguroso con la adaptación, no se van a sentir defraudados quienes hayan visto la película y quienes no, van a descubrir una historia donde se pone en tela de juicio una forma de entender la vida en los años sesenta en nuestro país.

Su compañía, El Espejo Negro, celebra este año sus primeros 35 en la brecha. Usted entonces trabajaba como diseñador gráfico, ¿no?

Sí, justo este año celebramos nuestro 35 aniversario. Quería dejar mi trabajo como diseñador gráfico para dedicarme completamente al mundo del teatro, para poder contar historias. Así de simple y así de complicado, surge como una necesidad emocional de contar historias a través de las marionetas.

¿Qué considera que aportan de especial o diferente las marionetas al teatro que no tengan otro tipo de obras? Más de 35 años de experiencia en primera línea le habrán servido al respecto...

Pues, sobre todo, que las marionetas son los actores totales. Pueden ser de cualquier tamaño, pueden estirarse, pueden ser de cualquier material y pueden hasta morir por ti en el escenario. Son el vehículo perfecto para llegar al público porque están dotadas de esa máscara que las desinhibe de la realidad y pueden decir cosas y verdades mucho más allá que los propios actores de carne y hueso, siempre pueden ir un poquito más allá.

¿Cree entonces que ha sido difícil que se tomen en serio los temas que tratan al hacerlo con marionetas? ¿O, al contrario, ha servido para llegar más fácil a la gente?

Te podría decir que fue muy difícil en 1989 y a partir de ahí porque nosotros aparecemos en el panorama teatral para hacer un programa de adultos con marionetas y como hay una creencia de que las marionetas son solo para la infancia y no, eso no es así. Las marionetas son para el público, tanto para los adultos como para la infancia. Solamente que hay que hacer unas producciones que se adaptan al público al que quieres llegar. Pero, bueno, eso ha ido cambiando, por lo menos con nuestra compañía, la gente cuando ve un espectáculo nuestro ya sabe a lo que va a venir, sabe que va a ver un espectáculo bien producido y muy cuidado y mimado en absolutamente todos los sentidos.

¿Y cree que hace falta más formación para que esto llegue a las nuevas generaciones y también se especialicen en este ámbito?

Totalmente. Hay mucha gente que se dedica al mundo de las artes escénicas y muchos desconocen el sector de las marionetas porque hay un vacío enorme, cuando decides formarte dentro de las artes escénicas, no existe ni siquiera la opción. No hay ningún centro de toda Andalucía donde tengas la posibilidad de aprender sobre este campo.

¿Cree que hace falta que estén más presentes en las programaciones de teatros públicos?

Por supuesto. Siempre es necesario que nos apoyen en ese sentido, que las programaciones sean más nutridas, que haya más festivales de títeres y marionetas y, sobre todo, que en la programaciones haya mucho más lugar para nosotros, que también formamos parte del teatro y cumplimos una labor importante. Sobre todo porque las artes escénicas, entre las que estamos incluidos, van siempre de la mano de la educación y las marionetas son un instrumento perfecto para llegar a todos, pero, especialmente a los más jóvenes.