Subasta pública

Ninguna administración se interesa por la casa de Vicente Aleixandre

La subasta de Velintonia ha quedado desierta al no haber ninguna puja por el inmueble

La casa de Aleixandre ha sido escenario de protestas para defender su valor como patriomonio a proteger.

La casa de Aleixandre ha sido escenario de protestas para defender su valor como patriomonio a proteger. / EFE

Héctor González

Ha concluido el plazo de la subasta pública de Velintonia, la antigua casa de Vicente Aleixandre en Madrid, sin que ninguna administración se haya interesado por ella. La subasta judicial cerró a las 18 horas de este lunes sin que se haya registrado ninguna puja, por lo que ha quedado desierta. Los familiares herederos de Aleixandre habían fijado un precio de salida de 4.561.750 euros para Velintonia, aunque se admitían pujas por un mínimo del 70 % de esta cifra, esto es, 3.193.225 euros.

La casa salió a subasta el pasado 30 de enero por un precio base de 4,5 millones de euros. El procedimiento, decretado por el juzgado de Primera Instancia nº35 de Madrid, buscaba acabar con años de desavenencias irresolubles sobre la venta del inmueble entre los distintos herederos de Vicente Aleixandre. Sin embargo, este no va a ser el cierre de una historia con décadas de vaivenes a sus espaldas.

En un principio, las tres administraciones mencionadas manifestaron su interés porque la vivienda pasase a ser de propiedad pública. El pasado 6 de febrero, poco después de conocerse la salida a subasta, tanto el Ayuntamiento como la Comunidad de Madrid pidieron al Ministerio de Cultura que comprase la casa con el compromiso de hacer de ella un espacio de actividades culturales. «Estaríamos encantados de tener una reunión con el Ministerio para trazar una estrategia en ese sentido y trasladarle el compromiso del Ayuntamiento de impulsar la colaboración institucional para poner en valor Velintonia y fomentar la figura de Vicente Aleixandre», señalaron al respecto desde la consejería de Cultura del Consistorio.

La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, declarada «una admiradora de Vicente Aleixandre», abogó también por esta causa, asegurando que «sería un orgullo para nuestro país» que el Gobierno central adquiriera Velintonia y así evitar que pase a manos privadas. Asimismo, el pasado jueves Podemos registró una proposición una proposición no de ley y una pregunta escrita en el Congreso de los Diputados instando al Ejecutivo de Pedro Sánchez a tomar «medidas de urgencia» y detener la subasta «de un bien de tal importancia histórica y patrimonial».

El ministerio encabezado por Ernest Urtasun afirmó estar «estudiando» la petición de adquirir el inmueble, sin llegar a concretarse ninguna puja. «La realidad es que el Ministerio de Cultura no ha hecho nada al respecto. Al menos, de momento», afirmó el pasado viernes María Amaya Aleixandre, sobrina segunda y una de las herederas de Vicente Aleixandre.

Escéptica con el devenir del proceso, Amaya Aleixandre teme que «todo lo que dicen las administraciones sobre Velintonia es un mero intento de quedar bien con la opinión pública, pues no pueden negar el interés histórico que tiene esta casa, ni mostrar abiertamente su desinterés en la conservación del patrimonio cultural».

No es la primera vez que el domicilio del poeta sale a subasta, ya que en 2007 se establecieron negociaciones con la por entonces ministra de Cultura Carmen Calvo, quien finalmente descartó la compra de la casa ante unas cifras exigidas por los herederos de Aleixandre «desorbitadas, impagables e injustificadas» para los recursos públicos.

La casa, ubicada en el número 3 de la calle antes llamada Velintonia y ahora Vicente Aleixandre en su honor, es donde el poeta desde los 11 años hasta su muerte el 13 de diciembre de 1984.