Entrevista

Abraham Cupeiro: “El equipo de Spielberg me pidió el sonido de la Tierra de hace millones de años”

Músico lucense de eco internacional y constructor de instrumentos, da un concierto en Santiago este sábado con la Orquestra Gaos en el Auditorio de Galicia. Presenta el disco ‘Mythos’

Abraham Cupeiro, músico

Abraham Cupeiro, músico / / SAMUEL PEREIRA (FDV)

Xabier Sanmartín

Abraham Cupeiro (Sarria, Lugo, 1980) y la Orquestra Gaos dan un concierto en Santiago este sábado 2 de marzo en e lAuditorio de Galicia (20:30 h.; entradas a 15 euros en Ataquilla). Presentan Mythos, disco que Abraham define como “un viaje por el imaginario colectivo de los pueblos, un viaje hacia la imaginación de culturas que muchas de ellas desaparecieron”. “Utilizamos instrumentos como el aulos, que se usaba en los primeros juegos olímpicos, o un cornu romano, que reconstruimos de las cenizas de Pompeya, llaves que abren puertas a las bandas sonoras de esas culturas”.

Abraham resgistró ese trabajo en los estudios británicos Abbey Road, con la Royal Phillarmonic Orchestra (ya hizo con ellos el anterior álbum). Ese mero dato ilustra porque este Indiana Jones de la música étnica, siempre en busca del arca perdida de su curiosidad infinita, está “200 días al año” fuera de casa, lo que refleja su eco internacional.

Hablando del cine de Steven Spielberg, Abraham grabó los primeros 30 segundos de la banda sonora de Life in our planet, serie documental de Netflix producida en 2023 por el famoso cineasta americano.

“Soy yo solo con mi karnix, mi trompeta celta. Me pidieron: ‘Queremos que intentes imaginarte como sonaba la Tierra hace millones de años’. Y ese sonido telúrico, con el que empieza la serie, es un encargo que me hizo especial ilusión”.

Cupeiro y su arca de instrumentos atípicos actuará en Compostela arropado por la Orquestra Gaos, formada hace quince años, e integrada por 80 personas, la mayoría estudiantes y profesores de conservatorios de esta tierra hecha de música.

Abraham Cupeiro es un tipo normal y mucho más. Su vocación y talento es tan singular que le ha convertido en alguien extraordinario.

Toca y/o crea un montón (literal) de instrumentos, alguno casi único y reconstruido por él mismo y su mujer María Ruiz.Tienen en casa, “na Terra Chá”, más de 200.

A través de la búsqueda e investigación, Abraham revive sonidos perdidos, labor que por la que es (re)conocido dentro del folk gallego y la world music de medio mundo.

¿En la Royal Phillarmonic Orchestra le ven más como músico, arqueólogo o... en ambos roles?

Abbey Road, aunque sea un estudio famoso por las grabaciones de los Beatles, es, en realidad, un estudios para grabaciones de orquestas sinfónicas, y el trabajo allí es fácil. Pienso que me ven como un músico. Nosotros estamos muy a gusto en el ambiente de este tipo de orquestas porque es muy exigente, porque son los propios músicos los que deciden si graban o no contigo, pero, al mismo tiempo, si las cosas las llevas bien hechas, de forma honesta, te tratan de forma genial. Y ver que todos estos instrumentos ancestrales que llevamos cobran vida en el estudio en directo, delante de ellos, es algo muy conmovedor.

Cupeiro

Cupeiro / / SAMUEL PEREIRA (FDV)

¿Se siente un poco un Indiana Jones del mundo de la música? Su inquietud no lde da tregua, viajes para descubrir, investigar, construir, tocar... No para.

(Contesta tras una leve risa que suena a serenidad incluso al otro lado del teléfono) Al hacer tantos conciertos siempre estoy en diferentes puntos del planeta, y aprovecho para ver cosas e informarme e investigar y, después, soy muy anárquico, si no necesito un instrumento, pues, no lo construyo, y si lo necesito ya me pongo manos a la obra. Y esta búsqueda de las pequeñas cosas que se perdieron y que, al final, no son tan pequeñas, es un poco el ADN que me inculcaron mis padres cuando era pequeño y, sobre todo, el hecho de nacer en Galicia, que, como siempre digo, es de los últimos Amazonas, hay más, que quedan en el Viejo Continente, a nivel cultural.

¿Cuáles son los primeros recuerdos musicales de aquel niño?

Yo tuve la suerte de que, cada vez que me montaba en el coche de mi padre, pues... podía escuchar desde Edith Piaf a Jorge Negrete, música clásica, música celta, Carlos Cano, de todo tipo de música Ese eclecticismo tan grande lo que hizo en mi fue promover una mente abierta a diferentes estilos de música. Después empecé en un grupo de música tradicional y en la banda de mi pueblo, pero en la banda del pueblo, la mayoría de los instrumentos estaban estropeados. Nos daban los instrumentos más viejos y ya, desde el primer día, ya casi eras un luthier por emergencia, como se suele decir, porque muchos de ellos los tenías que poner a andar tú, desarmarlos y volverlos a armar. Fue una época muy bonita porque me ayudó a proyectarme en el mundo, que creo que es algo que hoy estamos perdiendo con este afán de aculturizarnos cada vez más... Hablaba hace un rato con un compositor muy famoso, José María Sánchez-Verdú, que es catedrático en la Robert Schumann Hochschule de Düsseldorf(Alemania), y me decía: ‘En Alemania no hay nadie como tú’. Y yo le decía: ‘Normal porque ya no hay música popular en Alemania’.Así que, todo mi agradecimiento a la tierra donde nací porque es una maravilla.

Cuando sea la hora de su jubilación, momento que tardará, ¿valoraría hacer un museo con los instrumentos que tiene?

Sí me gustaría que esto quedase para la gente. Hay que pensarlo poco a poco porque nunca se sabe lo que te puede pasar y sería una pena que muchas de estas cosas se perdieran, con el trabajo que dio conseguirlas, pero esa palabra... 'jubilación'... Sí que me gustaría morirme encima del escenario pero, sin que el público pase un mal rato, claro (Concluye bromista).