Música

Carlo cambia la pista de baile por la luz de la nostalgia

 El DJ y productor malagueño, nombre habitual en la icónica escena berlinesa y propietario del sello discográfico Bisiesto, lanza hoy, 29 de febrero, Todo bien, una aventura personalísima y muy singular por sus recuerdos y experiencias que nació cuando le contaba cuentos de Maurice Sendak a su hijo durante la pandemia

El boquerón crea una pequeña odisea tan festiva como melancólica con samples de series de TV de los 80 y hasta la voz de su pequeño

Carlo, en una imagen promocional reciente.

Carlo, en una imagen promocional reciente. / Borja Rosado

Víctor A. Gómez

Víctor A. Gómez

Hoy es 29 de febrero. Sí, el 2024 es año bisiesto. O sea que Carlo, DJ y productor malagueño, responsable del sello discográfico Bisiesto, que sólo lanza vinilos (366 copias) los días 29 de febrero, tiene tarea. La publicación de este 2024 es muy singular, un larga duración titulado Todo bien y que, a modo de mixtape, supone una aventura personal y familiar determinada por la nostalgia, la pandemia y los samples de series de televisión de los 80. O como resume él: «Es como si hubiera reunido todos mis recuerdos y experiencias, los hubiera metido en una olla a presión y dejado cocinar durante años».

No es habitual que el disco de un DJ y productor de música electrónica tenga su origen no en los momentos iluminados por el neón y la euforia sino en los cuentos leídos al hijo antes de apagar la luz. Pero es que la pandemia, que nos remeció a tantos, trastocó muy especialmente a los selectores musicales como él, un habitual de la escena berlinesa y solicitado en cabinas de buena parte del mundo. «Como profesional de la noche, estoy acostumbrado a experimentar polos opuestos constantemente: o estoy rodeado de mucha gente en eventos o solo en mi estudio sin ver a nadie durante días. Y el estar tanto tiempo seguido compartiéndolo todo con mi familia fue algo que atesoro con mucho cariño». Uno de los momentos más especiales de aquel encierro fue cuando Carlo y su hijo leían juntos, cada noche, el cuento Donde viven los monstruos (de Maurice Sendak y adaptado al cine por Spike Jonze) y, recuerda, viajaban juntos «a esa isla remota donde nos encontrábamos con esas extrañas criaturas. «Me di cuenta de que podía establecer un paralelismo entre esa experiencia y el momento que estaba viviendo, y supe que debía plasmar este viaje de la única manera en la que sé expresarme mejor: a través de la música», asegura Carlo (nombre real: Carlos Álvarez).

El propio aislamiento también le llevó a explorar otros tempos y texturas. «Durante el encierro, no se veía un final cercano que nos permitiera volver a las pistas de baile, por lo que hacer música orientada al baile no tenía mucho sentido en ese momento y me decanté por estos beats que tanto me gustan y que nunca les había metido mano».

¿Que a qué suena Todo bien? El resultado de todo aquello, Todo bien, libre de las ataduras de los bpms propios de los clubes y de estar más o menos al compás de las tendencias, tumba las subdivisiones en géneros, subgéneros, estilos y subestilos, tan habitual en la electrónica, y crea un capítulo propio, con un aire al primer Dimitri From Paris o los primeros lanzamientos de Yellow Productions, con ese vientecillo lounge, festivo pero melancólico a la vez. Carlo, honrado con las comparaciones, asegura: «Cada canción del disco absorbió por sí sola la nostalgia que me asolaba durante los tiempos de la pandemia. Para hacer esos meses un poco más fácil, intenté volcar todas mis incertidumbres en la música, y de alguna manera, esto me ayudó a sobrellevar esos momentos de una manera más liviana. En todo caso, en un mundo donde estamos constantemente etiquetando y clasificando la música en géneros y subgéneros, el hecho de que Todo bien no encaje en ninguna categoría significa que he creado mi propio universo sonoro y eso es maravilloso».

Uno de los puntos más llamativos del disco son sus constantes samples de diálogos de series animadas clásicas como Los Fruitis, Goku, Campeones o Barrio Sésamo, evocando la infancia del productor: «El proceso de selección de los diálogos fue como un viaje en el tiempo... Imagina que incluso llegué a desgastar la cinta de VHS de He-Man cuando era niño, tanto que al final solo mostraba ruido. Revivir esos momentos me transportó por ejemplo a un día en el que llegué del colegio y de repente teníamos una cantidad increíble de nuevos canales como Antena 3 o Telecinco, todos con sus nuevas series de dibujos animados. Trabajar con esos audios ha traído a la superficie recuerdos que ni siquiera sabía que estaban guardados en mi mente».

También aparece, cómo no, la voz del propio hijo de Carlo al final del álbum, explicando el título del disco. Le preguntamos al DJ si el peque ha escuchado ya Todo bien y su crítica personal: «Sí, y le encanta». El niño seleccionó el color del disco («azul Spider-man»), el título gira en torno a él, a cada vez que le dice «todo bien, papi» con ese «acento guiri andaluz» (su madre, la pareja de Carlo, es alemana): «Me lo llevé al estudio un día que tenía que cuidarlo ya que estaba un poco congestionado para ir a la guardería y grabó ese pequeño diálogo que pone punto y final al álbum. Fue una experiencia muy bonita compartir esos momentos con él y, en definitiva, encapsularlos como recuerdos para el futuro. Un amor que no caduca». A eso suena Todo bien.

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