Foyone se enfrenta a sus demonios en su álbum más ambicioso

El reverenciado rapero malagueño, escoltado por el productor Sceno, acaba de lanzar su esperado 'Demoni', 43 minutos de críticas al materialismo, introspección y experimentación musical

El rapero malagueño, en una imagen promocional

El rapero malagueño, en una imagen promocional / La Opinión

Víctor A. Gómez

Víctor A. Gómez

Había ganas de Foyone. Hace cuatro años lanzó su último disco como tal, 'Presidente' (en 2022 recopiló sus piezas para la seminal serie '#RapSinCorte', con aquella coda tan especial que le reunió con la flor y nata del rap en español) y al panorama, saturado de propuestas más cercanas al trap, el urban y alrededores latinos, le faltaban las rimas de verdad, con fondo y peso, del malagueño. Bien, se acabó la espera: junto a su inseparable productor Sceno Pedro Armando Navarro (o sea, Foyone) ha publicado 'Demoni', un auténtico aldabonazo en la escena, en la que refresca su marca registrada y dribla las convenciones.

«En un lugar del barrio cuyo nombre no recuerdo / volqué to mi energía hasta poder oír a los muertos», comienza en 'Bucle', el prólogo del álbum, una fumada psicodélica que avisa: 'Demoni' no va a ser un disco como los demás. En realidad, nada nuevo porque Foyone siempre ha demostrado ser un rapero bastante singular: le interesa la ciencia ficción, la mecánica cuántica, la filosofía del ocultismo y las teorías de la conspiración, lee a Isaac Asimov, su verso «Hola, humano, estás hablando con el reptiliano» hizo que el vídeo '#RapSinCorte VII' tuviera millones de reproducciones en YouTube, ideó una campaña electoral sagaz (pero falsa) por la que se presentaba a las Elecciones Generales.

'Demoni', por tanto, es un nuevo paso más en una carrera lejos del confort, pero también supone el más ambicioso. Las producciones, habitualmente vestidas con instrumentos reales (ojo a los cuidadísimos arreglos de viento: no tan lejos de 'To pimp a butterfly', de Kendrick Lamar), son mutantes y rabiosamente modernas, pero también saben mirar al pasado, al funk y el jazz setentero más explorador. Un ejemplo es la asombrosa 'RIP Mickey': productor y rapero, dialogando y retándose al mismo tiempo. El resto de temas mantiene las coordenadas de experimentación accesible, múltiples detalles en el diseño de sonido, beat switches constantes, universo sampladélico alucinado... 

Y luego están las letras, claro. 'Demoni' es un repertorio conceptual abierto, sin historia cerrada aunque con un arco narrativo bien dibujado, centrado en la reflexión sobre el consumo y el materialismo, el individualismo, con sus secuelas, la deriva personal y la alienación. «Qué pena que la mente no se arregla con bótox / Aquí nadie pa’ las malas y todos pa’ las fotos», «Colonizaron nuestra mente / tomaron el oro / Tal vez por eso es que no encajo / un cordero entre lobos», «Yo soy el fusilado / también el que dispara / El tiempo corre en tu contra / Aprovecha tus balas»... son algunos extractos de lo que incluye aquí el malagueño. En suma, 'Demoni' es un disco extraordinario, el trabajo a batir en la escena del hip hop en este 2024.