Entrevista | Juan Antonio Vigar Director del Festival de Málaga y del Teatro Cervantes y escritor

"A algunos cinéfilos jóvenes les faltan los cimientos que dan los mitos"

Presenta hoy en el Centro Andaluz de las Letras, 'El estanque vertical', un compendio de «cortometrajes de papel» a propósito de las vidas de 24 grandes mitos del cine clásico, de ese Hollywood que hoy está «en zona de sombra» para muchos

Vigar, en su despacho, con un ejemplar de su libro

Vigar, en su despacho, con un ejemplar de su libro / Álex Zea

Víctor A. Gómez

Víctor A. Gómez

Juan Antonio Vigar presenta hoy en el Centro Andaluz de las Letras (19.00 horas) 'El estanque vertical', un libro que compendia 24 relatos (sí, por aquello de los 24 fotogramas por segundo) a propósito de otros tantos grandes mitos del Hollywood clásico, de Greta Garbo a Charles Chaplin, pasando por Valentino, Humphrey Bogart, Grace Kelly, Brigitte Bardot, Clark Gable... Un volumen sencillo (editado por la Semana de Cine de Melilla y la UNED), compuesto desde la emoción más que desde la erudición, en un tono más desenfadado que académico. 

Supongo que la preparación del libro incluyó la revisión de clásicos de sus protagonistas. ¿Qué tal fue el viaje al pasado?

Escribí el libro hace unos diez años, en una etapa en la que tenía más tiempo, en parte para volver a ver aquellas películas, mucha de las cuales vi de niño, en Carranque, donde me crié, al lado de un cine. Zambullirme de nuevo en ese estanque vertical que es la pantalla del cine, como escribió Manuel Alcántara, era un motivo fundamental. También me pareció interesante recuperar unos nombres, de los primeros 50 años del siglo XX, que están en zona de sombra para las últimas generaciones de aficionados al cine.

Dice que el libro no es nostálgico. Es peligroso caer en el cualquier tiempo pasado fue mejor, ¿no?

No lo es, es un libro justo con quienes forman parte de él. Se trata de reivindicar... Quizás reivindicar es una palabra muy solemne y pretenciosa; más bien se trata de volver a traer a la actualidad, humildemente, a estos grandes mitos del cine que han sido fundamentales para tantos.

Asegura que una de sus intenciones al escribir este libro es acercar a generaciones jóvenes a una serie de actores, actrices y cineastas que desconocen. ¿Cree que no hay brecha generacional entre alguien como Humphrey Bogart y un adolescente de hoy mismo? 

Bogart y sus películas le pueden contar muchas cosas a un joven, en realidad todo... Volviendo al ámbito profesional, desde el Festival de Málaga siempre nos hemos ocupado del cine clásico. Por eso cuando planteamos la Filmoteca del Cine Albéniz nos llevamos una gran sorpresa: contrariamente a lo que pensábamos, el público que acudía era mayoritariamente joven. Cualquier película de cualquiera de las personas que forman parte de 'El estanque vertical' conecta rápidamente con la sensibilidad del espectador. Lo que distingue al cinéfilo es el siguiente paso: cada uno vemos las películas desde la sensibilidad personal pero aquellos que se preguntan y buscan respuestas a partir de ahí son a los que podemos considerar cinéfilos. Y la gente joven, no de modo general pero sí en grandes capas, sí que está interesada en este tipo de cine, más allá del cine mainstream, de los blockbusters... 

Hoy día todo se caracteriza por la urgencia, vivimos en un mundo muy líquido en el que el concepto mito se pierde rápidamente, se nos va entre las manos

No hay grandes mitos en el cine actual o quizás ya no nos interesa ese concepto como tal.

De ahí el enfoque del libro, que es consciente del tiempo en que estamos. Hoy día todo se caracteriza por la urgencia, vivimos en un mundo muy líquido en el que el concepto mito se pierde rápidamente, se nos va entre las manos. Tenemos gente a la que seguimos, mucha menos a la que admiramos... Creo que los aficionados al cine han de tener esos cimientos que les permitan construir el edificio del conocimiento y del disfrute de este medio; creo que volviendo a estos mitos podríamos volver a dotar a las generaciones más contemporáneas de estos cimientos que quizá hoy día, cuando la vida es más urgente y volátil, difícilmente están encontrando.

Hemos quedado en que 'El estanque vertical' no es un libro nostálgico. Tampoco es desmitificador, ¿verdad?

No se trata de dañar la memoria de unos mitos que podían tener pies de barro o que quizás en su vida íntima dejaban mucho que desear; quería acercarme a ellos desde la humildad, el gozo y la irreverencia. Tampoco está escrito con un afán hagiográfico, para subirlos en un pedestal. El relato de Humphey Bogart nos habla también del hombre que, una vez retirado del cine, se había quitado ya su peluquín y pasaba las horas en su jardín jugando con sus hijos. La idea era llevar a estos grandes mitos a lo terrenal desde el afecto, el respeto y la admiración.

No hay figuras españolas en este cielo de estrellas. ¿Por aquello de deslindar su faceta como escritor de la de director del Festival de Málaga para que no se le acuse de favoritismos? 

No los hay, y deliberadamente. Mi trabajo se centra en el cine español e iberoamericano así que no me pareció razonable destacar a algunos sobre otros, no quería generar agravios comparativos. Además, mi objetivo está en recuperar que eran los más representativos de un momento determinado, y entonces los mitos más nítidos del mundo del cine de entonces estaban en Hollywood, no en España.

Quienes son capaces de hacer de su persona algo transparente y afable son los más grandes

Pero si hubiera una edición de mitos españoles de El estanque vertical...

Pues podría centrarme en Buñuel, Bardem, mi querido Berlanga... Y en cuanto a actores, sobre todo los secundarios, que siempre han sido los primeros en mi consideración. 

Y detrás de estos 24 personajes de 'El estanque vertical', ¿hay un personaje 25, o sea, Juan Antonio Vigar? ¿Se le puede conocer a partir de estos relatos? 

Desde ese punto de vista, quizás sí. A cada uno se le conoce por los gustos y por lo que expresa, pero nunca aparecería yo como el personaje 25, sino como esa sombra que se difumina en la distancia y que mira a estos mitos como reflejos del pasado, de luz y de emoción.

Supongo que sus vivencias junto a mitos como director del Festival de Málaga darían para otro libro. Cuando uno conoce a los que hacen cine desde el otro lado, desde el personal, ya no como espectador, ¿cambia la cosa?

En general hay que admirar a los que hacen cine, porque lucha y trabajan a contracorriente. Hoy día hacer cine supone emplear una enorme ilusión que no siempre alcanza los objetivos que uno desea... Ahora bien, en la vida hay que diferenciar la persona del personaje: quienes son capaces de hacer de su persona algo transparente, cercano y afable son los más grandes; a los que viven instalados en su personaje hay que dejarlos fluir.