El Estepona toma aire, precisamente en la semana marcada por la dimisión de sus directivos y en plena crisis institucional. Frente a un rival directo como el Yeclano, un solitario tanto de Rubén Cruz acabó con las esperanzas de la escuadra murciana por puntuar. El balance del rival fue aún más doloroso, ya que los visitantes acabaron con siete más el portero.

Habían transcurrido 13 jornadas sin triunfo esteponero. El ariete sevillano materializó el gol más esperado en meses. Además, con 40 puntos por disputar aún, queda a cinco puntos la zona de permanencia. El vestuario, de hecho, ha analizado esta victoria como la inyección de moral necesaria en un final de campeonato que debe ser decisivo para cambiar el rumbo de semanas y más semanas sin esperanzas para la mejoría.

El equipo de Antonio Montero Nene fue justo vencedor en un encuentro donde dispuso de un gran número de ocasiones de gol para conseguir un marcador más amplio, pero la falta de acierto y la buena actuación de Toni Bernal lo evitaron. El conjunto murciano del Yeclano, que acabó con ocho jugadores por las expulsiones de Álvaro Cano, San José y Piru, sólo busco con ímpetu la meta local en la recta final. Con un jugador menos y el mínimo tanteo en contra, Juan Carlos desperdició un lanzamiento de penalti cuando se alcanzaba el minuto 78. Lo envió por encima de Ávila.

La primera parte había terminado sin goles y con dominio local. Hubo numerosas ocasiones, en las botas de Cruz, Igna, Cabello y Barcos. Bernal siempre estuvo en esta fase del choque bastante seguro. Pero incluso antes de que se adelantaran los rojillos, Eloy y Chupi dispusieron de dos clarísimas oportunidades en el área del Yeclano.

El equipo dirigido por Sandroni se acercó hasta Ávila en sendas ocasiones de Tonete y Cano también. Pero el Estepona pegó primero y también pudo haber ampliado su ventaja, en un centro de Eloy que se estrelló en el poste; o en un buen disparo de Pedro que se estrelló en el larguero, tras ser despejado con su mano derecha por Toni Bernal. Fueron acciones que pudieron tranquilizar a una afición que acabó pidiendo la hora, aunque feliz por haber sumado los tres puntos ante un oponente casi abocado al descenso.