En pleno condado de Yorkshire al noreste de Inglaterra bajo el manto del macizo erosionado de los Peninos y muy influenciada por los ríos que nacen en sus laderas, nos encontramos con el lugar del «acero» por antonomasia del Reino Unido.

Sheffield es una de las pocas ciudades británicas que cuenta con un parque nacional como Peak District (Distrito de Picos). Su nombre deriva del río Sheaf que atraviesa la ciudad. Aunque precisamente no es el cometido de mi pasión hacia esta tierra, de ella surgieron artistas de la talla de Def Leppard, Joe Cocker, The Human league o Moloko y cómo olvidarnos del rodaje de la película The Full Monty que con un presupuesto mínimo batiría todos los récords posibles de las carteleras.

He de confesar que hace más de dos décadas cuando pude visitarla por primera vez no me cautivaría en absoluto, más bien todo lo contrario ya que me pareció un lugar triste y lúgubre. Pero hay ciertos lugares en el mundo que lo que verdaderamente les hace grandes no es su estampa, sino su intrahistoria como así pude comprobar a raíz de mi gran pasión por descubrir los orígenes del fútbol, calando desde entonces muy hondo en mi corazón.

Pero centrémonos en el cometido de este artículo que no es otro que colocar en los anales de la historia un acontecimiento tan grande que con el transcurso de los siglos ha quedado olvidado en el tiempo; el primer partido de fútbol.

En una de esas típicas sobremesas inglesas de frío invernal y al son de una buena taza de café cuando corría el año 1855, los miembros de un club de críquet que solo jugaban en los pocos momentos cálidos que les marcaba el calendario británico, decidieron formalizar su pasión por el football, actividad que sí que podían realizar en cualquier estación del año para mantenerse en forma. Así, los estudiantes Nathaniel Creswick y William Prest fundaron el Sheffield Football Club, el club con mayor antigüedad del planeta. Cinco años más tarde y en la misma ciudad, nació el Hallam Football Club, formado por jugadores de clase obrera del popular barrio de Croospool.

Allí, en «La Ciudad de los Steelers», se establecieron las primeras bases de este deporte, se fundaron los dos primeros clubes de fútbol y como no, se jugó el primer partido de la historia. Fue un 26 de diciembre de 1860 en el llamado «Boxing Day», -ancestral celebración que se repite en esa fecha tan señalada en todos los países de la Commonwealth (Comunidad Británica de Naciones) y que promueve la entrega de donaciones y regalos a los más necesitados-, el día señalado y donde el gran show del football daría comienzo no con el esplendor de hoy en día, pero si con el amor necesario que supieron darle aquellos intrépidos muchachos para que con el paso del tiempo se convirtiese en el principal hobbie de las gentes de todo el mundo, independientemente de la clase social que ostentasen.

Fue en el vetusto estadio de Sandygate Road, field que servía tanto de pasto para los animales como lugar sagrado para los amantes de la práctica de ese innovador sport, donde Hallam F.C -propietario del terreno de juego- y Sheffield F. C., medirían sus fuerzas bajo el primer kick off de la historia.

De aquella mágica e inolvidable primera tarde futbolera llevada a cabo bajo un enorme manto de nieve que cubría por completo el terreno de juego, únicamente se conserva el resultado final que fue de 0-2 a favor de los visitantes y como no, los ecos del famoso tercer tiempo que llevaron a cabo los integrantes de uno y otro equipo en uno de los tradicionales Pub's de la zona, donde rodeados de litros y litros de cerveza, celebraron por todo lo alto ese gran acontecimiento.

Aquel partido, el denominado «derby de reglas» debido al hecho de que se jugó bajo el reglamento de juego establecido por el Sheffield, se convertiría en el duelo más antiguo del mundo, naciendo desde aquellos mismos momentos una rivalidad entre ambos clubes que con el paso de los años sería bautizado como el gran clásico de clásicos.

Hoy en día el Sheffield F.C. y el Hallam F.C. viven sumidos en la añoranza de aquellos años de gloria donde eran alabados por todo el Reino Unido - compiten en la Northern Counties East Football League, el equivalente a una octava o novena división considerada como semi-profesional-, pero siguiendo estrictamente la misiva por la que fueron concebidos de disfrutar del futbol por encima de todo; «Love Over Gold», como diría el propio Mark Knopfer en sus canciones. Pero a pesar de ello y para siempre, The Countrymen y The Ancients permanecerán en nuestra memoria como los dos primeros equipos en haber jugado un partido de fútbol.