Hacienda ha intensificado la persecución de la evasión de impuestos que se produce mediante el llamado «software de doble uso», herramienta informática que utilizan las empresas, preferentemente de sectores con venta directa al público, para ocultar parte de la facturación y llevar dobles contabilidades.

El software de doble uso viene a ser la versión moderna e informática del fraude clásico de la doble contabilidad o la manipulación de pesos. Consiste en el empleo de técnicas para la ocultación de ventas en las cajas registradoras o en las denominadas «terminales punto de venta» (TPV), prácticas que, según los técnicos de Hacienda, menudean en actividades como el comercio, hostelería y restauración o despachos profesionales, y por lo común en sociedades que han alcanzado un cierto tamaño y no tanto en los negocios pequeños. Los defraudadores evaden así parte de la tributación del IVA y del impuesto de sociedades o el IRPF en su caso. Para los autónomos o empresas de más reducido tamaño es un procedimiento que no tiene interés, porque suelen tributar por el sistema de módulos, de forma que pagan una cantidad estable a Hacienda, con independencia de que la facturación haya sido mayor o menor.

Las empresas que sí practican esta forma de evasión acostumbran a utilizar programas informáticos de gestión convencionales. Esto es, no suele tratarse de diseños específicos encargados ad hoc por el empresario, sino que los productos que ya están en el mercado tienen opciones que pueden ser usadas fraudulentamente para distraer parte de las ventas y llevar dos contabilidades: una irreal y en la que se basa la tributación y otra auténtica y opaca al Fisco con la que el empresario o administrador dispone de la información sobre la verdadera dimensión del negocio.

«Los dispositivos permiten filtrar, eliminar, duplicar o añadir falsos registros para el blanqueo de dinero, así como reconstruir la facturación eliminando las pruebas de las ocultaciones», explicó una fuente de la Agencia Tributaria.

La persecución del software de doble uso es uno de los cometidos de las Unidades de Auditoría Informática de la Agencia Tributaria. El trabajo de estas unidades ha dado lugar a operaciones de ámbito nacional desarrolladas durante el último año y que han sido bautizadas con los nombres «Lechazo», «Scarpe», «Buza» y «Pasta fresca». Fueron intervenciones en las que la Agencia Tributaria inspeccionó cadenas de restaurantes o de alimentación, locales de ocio y comercios textiles y de calzado en distintos puntos de España y pertenecientes a un total de 46 contribuyentes, descubriéndose facturaciones ocultas por valor de 15 millones de euros.

Fuentes de Hacienda subrayan que de los registros y comprobaciones que se desarrollan, en unas ocasiones se destapa la existencia de fraudes y en otros casos queda en indicios porque las empresas habían procedido a borrar el contenido de los ordenadores. En supuestos así, «se puede verificar que se ha borrado información, pero es muy difícil ir más allá», comenta José María Mollinedo, secretario general del sindicato de técnicos de Hacienda Gestha.

En sus investigaciones sobre la manipulación de cajas registradoras y terminales de venta, los informáticos de la Agencia Tributaria siguen pistas como la existencia frecuente de grandes desfases entre lo facturado mediante tarjetas de crédito y en metálico. Lo común es que se oculte sistemáticamente parte de las ventas en metálico. «Hacienda conoce los ratios de uso de tarjetas de crédito respecto al total de ventas en los distintos sectores», explica un documento de la Agencia Tributaria sobre sus actuaciones relacionadas con el software de doble uso. Y añade citando un ejemplo: «Despierta sospechas que el 90% de lo que se vende en una tienda de modas se pague con tarjeta, cuando sus competidores próximos declaran cobrar por tarjeta sólo el 60%».

Mollinedo explica que el software de doble uso puede estar emboscado detrás de una pregunta que es cotidiano escuchar en un establecimiento comercial: «¿Paga con tarjeta o en metálico?». Si la pregunta se produce antes de que se haya registrado la operación y expedido el tique en la máquina (caja o terminal de pago), existe la posibilidad de un caso de doble contabilidad. «Según se vaya a pagar con tarjeta o en metálico se activa una función u otra», añade el técnico de Hacienda. Cuando ocurre así, es frecuente incluso que el trabajador ignore que esté manejando un procedimiento irregular que registra correctamente la operación si conlleva el pago con tarjeta y la saca de la contabilidad oficial o reduce el importe si el pago es en metálico. La experiencia de estos años ha llevado a identificar la utilización común de varios tipos de herramientas de software de doble uso. Según una información facilitada por la Agencia Tributaria, las dos técnicas principales son:

«Phantomware». Es una herramienta «instalada o embebida en el sistema operativo de la caja registradora, oculta para la mayoría de los usuarios [trabajadores] y accesible solamente para los administradores».

Según la Agencia, permite eliminar selectivamente ventas y transacciones y ajustar de manera automática los inventarios para evitar descuadres. Al mismo tiempo, transfiere a otro dispositivo las transacciones eliminadas «para que el empresario pueda gestionar la caja B».

El sistema permite, por ejemplo, mantener el número de operaciones cambiando artículos caros por otros baratos. Por ejemplo, champagne por agua en un restaurante.

«Zappers». Es una herramienta externa, «transportable en un pendrive o accesible a través de una dirección de internet». Son más difíciles de detectar por su sofisticado diseño. El principio de funcionamiento es que «todo cuadra después de pasar el zapper», expone la Agencia Tributaria.