Santo Pitote, la mejor combinación de gastronomía y ocio frente al mar

Los establecimientos a pie de playa constituyen una atractiva alternativa cada vez más demandada por los malagueños y por los visitantes que se acercan a la Costa del Sol. Superado su carácter exclusivamente veraniego, este tipo de establecimientos despliega un amplísimo repertorio de servicios durante todo el año configurándose como una alternativa muy atractiva y muy demandada que basa principalmente su oferta en una gastronomía que combina lo local, lo nacional y lo internacional de primerísimo nivel con otros elementos de ocio (música, Djs, actuaciones en directo, baile, etc). Sin duda alguna el mejor espacio para sacarle el mayor partido a las largas jornadas ahora que los días empiezan a ser más largos con la llegada de la estación primaveral.

Los beach club abren sus puertas a un público más diverso de la Costa del Sol. Un público mayor de 30 años que entiende el ocio de una forma más integral, con espacios donde la comida, la bebida y la diversión a cualquier hora están totalmente garantizados.

Nueva forma de ocio

Santo Pitote, en la playa de los Álamos, en Torremolinos (Playa Prohibida. Carretera de los Álamos, 12. Abierto de 10.00 a 02.00 horas) es un claro exponente de esta nueva forma de entender el ocio que se impone cada vez más entre el público. Lugar ideal para ir a desayunar, tomar el aperitivo, comer y relajarse en un tardeo interminable en unas confortables hamacas, frente al mar disfrutando de música, Djs, cócteles y puestas de sol en la mejor compañía en un entorno natural muy difícil de superar.

El chef Juan Díaz dirige la cocina de Santo Pitote. Formado en las mejores arrocerías de Alicante de la mano de Luis Arrufat, profesor del Basque Culinary Center de arroces, Díaz ha trasladado a este pequeño paraíso torremolinense toda la esencia y el sabor de los arroces alicantinos que se caracterizan por su color rojizo obtenido por la denominada salmorreta, un preparado que se hace con ñora, tomate, perejil y ajo y que le da un sabor muy característico, y su variedad de ingredientes, más que en la paella valenciana.

La paella Santo Pitote con pollo, conejo, judías, alcachofas y garrofó; el arroz de chuletón a la brasa con pimiento del piquillo confitado; arroz ibérico con foie, presa y setas; arroz con ventresca a la parrilla con tomatitos cherry; el negro con sepia, chipirones y alioli; el arroz del Senyoret con sepia, rape y gambas; el de carabineros o el de verduras con alcachofas, brócoli y coliflor son los mejores ejemplos del arte culinario de Juan Díaz en sus «platos fuertes» arroceros.

Mucho más que arroz

Pero la nutrida carta de Santo Pitote nos ofrece un largo recorrido con estaciones como los entrantes, donde destacan las gyozas de presa ibérica, o las bravas de la abuela con mahonesa de trufa y cebollino; los noodles y pokés, que le dan un aire internacional al establecimiento; las carnes, donde llama la atención el entrecotte de vaca Simmentaly los pescados, con un pulpo braseado sobre parmentier de patatas que asombra al comensal. Ensaladas, hamburguesas y una carta pequeña pero espectacular de postres completa la oferta del local. También hay que destacar que hay menú para los más pequeños y para veganos.

La carta de vinos, en la que se ofrece todo el abanico de caldos de blancos a rosados pasando por tintos y espumosos, mantiene una altura de expectativas para satisfacer a clientes exigentes , da paso a la carta de cócteles por la que desfilan, con alcohol y sin él, clásicos como el mojito, la Margarita o la piña colada con creaciones más sofisticadas como Sex on Playa Prohibida (a base de tequila curado, zumo de lima fresca, lemon Grass, ágave y soda de pomelo rosa) o el cóctel que recibe el nombre del local con mezcal San Cosme, zumo de piña natural y una mezcla de especias árabes.