Las corrientes marinas son así: tras el flujo llega el reflujo. Y algo de esa influencia de las corrientes se ha notado en el voto mañanero de este domingo, segundo domingo electoral en cuatro semanas: Después del flujo o ascenso más que notable de los votantes en las elecciones generales de hace un mes, vino el reflujo, un marcado descenso en el domingo mañanero de las municipales y las europeas.

La Opinión recorrió este domingo de 8.30 de la mañana a 14.30 de la tarde una docena de colegios electorales para constatar que la playa y la desmovilización marcaron, al menos, la mañana electoral.

No hubo incidencias ni grandes apelotonamientos y algunos colegios que hace un mes estaban a rebosar, este domingo apenas tenían votantes.

El abuelo estresado

Y sin embargo, a un anciano que no quiso dar su nombre le podían las prisas en la Biblioteca Pública Municipal Emilio Prados. Son las 8.45 de la mañana, los miembros de las mesas están colocando las ídem y el hombre acaba de pedir una silla para sentarse en la puerta del colegio.

Pese a su celeridad, una señora se le ha adelantado. A las 8.55 el estrés le puede y el hombre suelta: «¿Cuándo se va a votar?, es para entrar y coger las papeletas», argumenta, mientras empieza a meter prisa a los interventores y apoderados de varios partidos, que aguantan la risa.

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A las 9 en punto, el colegio abre sus puertas y este hombre por fin, cumple su sueño. Vota y tras ejercer su derecho, ahora sí, abandona el colegio tranquilo y relajado. Se acabaron las prisas.

El padre republicano

A las 9.15 ya ha votado en el Colegio Safa ICET Mari Carmen, de 85 años, conocida en El Palo como Carmen la del chófer, por la profesión de su marido.

Ella explica que siempre vota, porque es el derecho «de toda ciudadana». A los políticos solo les pide «que nos portemos todos bien y nos llevemos bien», y recuerda que no ha tenido una vida fácil: «Mi padre era republicano y se suicidó cuando yo tenía 2 años y luego mi hermana mayor se murió a los tres años de morir mi padre».

A Carmen le ha dado grandes disgustos la vida, pero se acuerda de uno de sus nietos, el prematuro, y sonríe: «Tengo un nieto que no lo tiene nadie».

Votan los jesuitas

Pasadas las 9.30, como en las elecciones generales pasadas, la comunidad de jesuitas del Colegio San Estanislao vota en bloque. Son los más mayores de la comunidad y acuden acompañados por enfermeros que le ayudan con las papeletas. Entre otros, depositan sus votos el padre José María Calvo, el padre Salvador Fernández y el padre José Pablo Tejera, de 92 años, el sacerdote que puso la cruz en el Monte San Antón en los años 50 (la primera era de madera).

De apoderado del PP está Chicho Marín, propietario de una empresa de cátering que cuenta que echa una mano en las elecciones por hacerle un favor a un amigo, el popular Avelino Barrionuevo, antiguo compañero del colegio. Chicho, de 52 años, tendrá que compatibilizar su trabajo de voluntario con una Primera Comunión, la número 20 que atiende este mes.

Votos y electricidad

La sede de Sevillana-Endesa en La Malagueta, un precioso edificio de los años 20 sin protección arquitectónica, acoge uno de los colegios electorales más pequeños de Málaga: apenas una mesa con 915 censados.

A las 10.15, Roberto y José Antonio, representantes del PP, informan de que en las generales votó el 85% del censo y en esta ocasión, en la hora que lleva abierto, apenas han votado algo más de 50 personas.

La rampa peligrosa

También se nota el reflujo en el Palacio de la Tinta. A las 10.30, una hora después de que haya votado el alcalde y candidato popular, Francisco de la Torre, vota Laura Moniche, de la asociación Malagueña de Afectados de Polio y Postpolio (Amapyp).

La entrada al colegio tiene dos rampas de quita y pon, pero la segunda es tan pronunciada, que le tiene que ayudar su marido.

Dentro del colegio no hay cabinas adaptadas, lamenta: no alcanza los votos de las europeas, así que le ofrecen entregarle todas las papeletas para que así pueda escoger y votar en la cabina y no a la vista de todos.

En cualquier caso, presenta una queja porque, a su juicio, con todos estos obstáculos «hay una clara vulneración de la legislación nacional, autonómica y local».

«Desde 1979»

En el Colegio de Prácticas Número 1, a las 11, está el exconcejal socialista Rafael Granados, que colabora en las elecciones «desde las primeras de 1979». Rafael confía en que la participación vaya aumentando. «El día es muy largo». De momento, escaseaen los votantes.

Otro veterano

También desde el 79 trabaja en las elecciones un agente de la Policía Nacional que vigila el Colegio de La Goleta. Este agente, que charla con La Opinión a las 11.30 recuerda algo nunca visto: «La gente hacía cola en las generales antes de que abriera el colegio».

Ahora no se da el caso, como cuenta Miguel Bermúdez, apoderado de Adelante Málaga: «La campaña, al ser local, no ha sido tan fuerte como para movilizar a los votantes», argumenta.

«Está flojita»

En Ciudad Jardín, dos vecinos discuten y uno de ellos concluye: «Hace falta limpieza... tras lo del Liverpool y lo del Valencia». Pues eso, que no hablan de las municipales sino del F.C. Barcelona.

A las 12, en el Centro de Adultos de La Palma acaba de votar Francisca, vecina de La Palmilla, que pide dos cosas a los políticos: «Que den trabajo, que es lo más importante y que suban el sueldo a las personas».

En el colegio también está Antonio Jiménez, interventor del PP, que sentencia que la asistencia «está flojita» y pero espera que suba tras la playa.

Tres papeletas

El Colegio público Antonio Machado, en Carranque, estaba hace un mes a rebosar. A la una de la tarde de este domingo , con muy pocos votantes. «Ha votado un 25 por ciento», informa el matrimonio formado por el exconcejal socialista Manuel Hurtado y la exdiputada socialista Begoña Tundidor, que destaca que lo único llamativo es que algunas personas mayores preguntan por «la tercera papeleta», en la creencia de que de nuevo hay elecciones autonómicas.

En La Paz

A las 13.30 el Colegio Nuestra Señora de La Paz es de lo más frecuentado de la mañana. Daniel Galán, apoderado de Ciudadanos, cuenta que era el coordinador local de UPyD y ha terminado en la formación naranja. La única incidencia: cierto despiste con el color de las papeletas.

La Luz y El Torcal

A las 14 horas, el Colegio Nuestra Señora de La Luz, donde votan unas 2.600 personas está casi vacío. Juan Cortés, presidente de la asociación de vecinos de La Luz, sólo pide una cosa a quien gane: «Que haga Málaga desde los barrios porque el Centro hay que cuidarlo pero los barrios están muy abandonados».

En el Colegio Manuel de Falla del Torcal, a las 14.30, finaliza este paseo por los colegios. La asistencia: «Floja, vendrán después de la playa», cuenta Gemma, una apoderada socialista.

Será el flujo o el reflujo de las elecciones. Dos elecciones tan seguidas no parece animar a votar en masa la segunda vez.