Crítica

Martínez-Lázaro y las consecuencias de la utopía

Reseña de 'Un hípster en la España vacía', en la Sección Oficial a Concurso del Festival de Málaga

Una imagen del filme.

Una imagen del filme. / La Opinión

UN HÍPSTER EN LA ESPAÑA VACÍA

Director: Emilio Martínez-Lázaro

Guión: Daniel Castro

Reparto: Lalo Tenorio, Berta Vázquez, Paco León, Macarena García, Miguel Rellán, Tito Valverde, Rober Bodegas, Manuel Manquiña, Lucía Díez  

Poca broma con  Emilio Martínez-Lazaro. Este gran señor, que no 'señoro', no solo ha sido uno de los directores más taquilleros en la historia de nuestro cine, también rompió todas las marcas con su ya clásica (le pese a quien le pese) Ocho apellidos vascos. Ahora viene, de la mano de Prime Video, a presentarnos su última película, 'Un hípster en la España vacía', reproduciendo la misma fórmula que en sus anteriores trabajos pero con un elemento añadido: la representación de la política y su trascendencia en la sociedad, y todo embadurnado de parodia. 

Para contar esta historia Martínez-Lazaro ha creado un nuevo concepto, la feel good movie rural romántica, nada más ni nada menos. Todo esto para relatarnos las peripecias de Quique, un idealista (de izquierdas) que para escalar puestos en la directiva de su partida es enviado a la España vacía; un castigo que el propio personaje convertirá en oportunidad cuando se tope con la realidad de un entorno donde prevalece lo práctico y efectivo frente a estas nuevas ideas progresistas y exigentes de cambios. 

Lo mejor de 'Un hípster en la España vacía' reside en su capital humano interpretativo. Lalo Tenorio representa a la perfección todo aquello que la política espera que seas como candidato perfecto: un tipo de ideas fijas, fiel a sus principios y consciente de los sacrificios que debe realizar si quiere hacer del pueblo donde vive ese paraíso ideológico que tanto ansía. Lalo es capaz de modular su voz entrando y saliendo de su papel como político, lo humano y necesario, adquiere un perfil más tierno y sensible, lo político y rígido subraya su tono descendiente. Nada ha cambiado, las mismas ideas con distintos muñecos. 

La verdadera esencia de una película como 'Un hípster en la España vacía' se encuentra en la contraposición que ofrece la exposición de esas ideas que tanto ansiamos cuando se hacen realidad y se consigue lo justo y verdadero frente a su resultado y el impacto que esta nueva realidad. Un sabor amargo e indescriptible, como la manera en la que se enfrenta nuestro protagonista a diferentes cuestiones: ¿cómo abordar una infidelidad sin caer en el patriarcado? ¿Cómo formar una relación personal sin reglas? ¿Cómo y por qué hacer cambiar ciertas ideas de antaño que en realidad funcionan aún viniendo de lugares casposos? Cuando creas un personaje que cree febrilmente que el mundo se puede cambiar a través del diálogo sólo te puede entrar la risa y ahí está Emilio Martínez-Lazaro haciendo lo que se le da mejor, la realidad de nuestro sociedad aunque sea una utopía.