Gracias a la paciencia investigadora de Ana María Espinar, esta historiadora malagueña nacida en Córdoba ha rescatado historias tan sorprendentes como la de Linda, la perrita del hoy canonizado San Manuel González, obispo de Málaga. Como explica, el fatídico 11 de mayo de 1931, cuando el palacio del Obispo fue incenciado, Linda se encontraba encadenada a una casita de madera, en un rincón del patio. Un muchacho logró liberarla pero el animal no se movió del sitio y fue un hombre el que cogió a la mascota y pudo sa
La actriz española Rosita Díaz Gimeno, quien recorrió la Serranía de Ronda en busca de un conocido bandolero.
L. O.
Gracias a la paciencia investigadora de Ana María Espinar, esta historiadora malagueña nacida en Córdoba ha rescatado historias tan sorprendentes como la de Linda, la perrita del hoy canonizado San Manuel González, obispo de Málaga. Como explica, el fatídico 11 de mayo de 1931, cuando el palacio del Obispo fue incenciado, Linda se encontraba encadenada a una casita de madera, en un rincón del patio. Un muchacho logró liberarla pero el animal no se movió del sitio y fue un hombre el que cogió a la mascota y pudo sa
El barrio interior de La Alcazaba en 1929.
Fondo Bienvenido Arenas. Archivo Histórico Fotográfico Universidad de Málaga
Gracias a la paciencia investigadora de Ana María Espinar, esta historiadora malagueña nacida en Córdoba ha rescatado historias tan sorprendentes como la de Linda, la perrita del hoy canonizado San Manuel González, obispo de Málaga. Como explica, el fatídico 11 de mayo de 1931, cuando el palacio del Obispo fue incenciado, Linda se encontraba encadenada a una casita de madera, en un rincón del patio. Un muchacho logró liberarla pero el animal no se movió del sitio y fue un hombre el que cogió a la mascota y pudo sa
Los estragos de la ‘riá’ de 1907 en calle Torrijos (hoy, Carretería).
Archivo Díaz de Escovar/Fundación Unicaja
Gracias a la paciencia investigadora de Ana María Espinar, esta historiadora malagueña nacida en Córdoba ha rescatado historias tan sorprendentes como la de Linda, la perrita del hoy canonizado San Manuel González, obispo de Málaga. Como explica, el fatídico 11 de mayo de 1931, cuando el palacio del Obispo fue incenciado, Linda se encontraba encadenada a una casita de madera, en un rincón del patio. Un muchacho logró liberarla pero el animal no se movió del sitio y fue un hombre el que cogió a la mascota y pudo sa
Las memorias del valenciano Antonio Guerola (1817-1901), gobernador civil de Málaga entre 1857 y 1863 , han sido una de las fuentes del libro de Ana María Espinar.
C. C.
Gracias a la paciencia investigadora de Ana María Espinar, esta historiadora malagueña nacida en Córdoba ha rescatado historias tan sorprendentes como la de Linda, la perrita del hoy canonizado San Manuel González, obispo de Málaga. Como explica, el fatídico 11 de mayo de 1931, cuando el palacio del Obispo fue incenciado, Linda se encontraba encadenada a una casita de madera, en un rincón del patio. Un muchacho logró liberarla pero el animal no se movió del sitio y fue un hombre el que cogió a la mascota y pudo sa
La historiadora Ana María Espinar, esta semana en su casa de Málaga con el nuevo libro.
La Opinión
Gracias a la paciencia investigadora de Ana María Espinar, esta historiadora malagueña nacida en Córdoba ha rescatado historias tan sorprendentes como la de Linda, la perrita del hoy canonizado San Manuel González, obispo de Málaga. Como explica, el fatídico 11 de mayo de 1931, cuando el palacio del Obispo fue incenciado, Linda se encontraba encadenada a una casita de madera, en un rincón del patio. Un muchacho logró liberarla pero el animal no se movió del sitio y fue un hombre el que cogió a la mascota y pudo sa
El libro narra el destino de la mascota del obispo de Málaga, San Manuel González, la perra Linda, atrapada en el incendio del Palacio del Obispo de 1931.
Wikipedia
Gracias a la paciencia investigadora de Ana María Espinar, esta historiadora malagueña nacida en Córdoba ha rescatado historias tan sorprendentes como la de Linda, la perrita del hoy canonizado San Manuel González, obispo de Málaga. Como explica, el fatídico 11 de mayo de 1931, cuando el palacio del Obispo fue incenciado, Linda se encontraba encadenada a una casita de madera, en un rincón del patio. Un muchacho logró liberarla pero el animal no se movió del sitio y fue un hombre el que cogió a la mascota y pudo sa
Una mujer lee una carta en La Coracha mientras la otra lava en un lebrillo, foto datada en 1903 y una de las que acompañan el libro.
Fondo Vicente Tolosa.
Gracias a la paciencia investigadora de Ana María Espinar, esta historiadora malagueña nacida en Córdoba ha rescatado historias tan sorprendentes como la de Linda, la perrita del hoy canonizado San Manuel González, obispo de Málaga. Como explica, el fatídico 11 de mayo de 1931, cuando el palacio del Obispo fue incenciado, Linda se encontraba encadenada a una casita de madera, en un rincón del patio. Un muchacho logró liberarla pero el animal no se movió del sitio y fue un hombre el que cogió a la mascota y pudo sa
Gracias a la paciencia investigadora de Ana María Espinar, esta historiadora malagueña nacida en Córdoba ha rescatado historias tan sorprendentes como la de Linda, la perrita del hoy canonizado San Manuel González, obispo de Málaga. Como explica, el fatídico 11 de mayo de 1931, cuando el palacio del Obispo fue incenciado, Linda se encontraba encadenada a una casita de madera, en un rincón del patio. Un muchacho logró liberarla pero el animal no se movió del sitio y fue un hombre el que cogió a la mascota y pudo sa