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Gregorio Marrero
Ver galería >El pregón de Alberto Díaz fue el preciso prolegómeno de la primera noche de la Feria en el Real. Todo estaba preparado y dispuesto para que se llevara a cabo la inauguración tanto de la portada como del alumbrado artístico del recinto ferial. Miles de personas, demostrando sus ganas de fiesta, se desplazaron este sábado hasta el Cortijo de Torres para disfrutar de la primera noche en las casetas, de las actuaciones y también de la inefable calle del Infierno, con todas sus atracciones, tómbolas y carricoches. Málaga llena el Real. Y esto no ha hecho más que empezar.
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El pregón de Alberto Díaz fue el preciso prolegómeno de la primera noche de la Feria en el Real. Todo estaba preparado y dispuesto para que se llevara a cabo la inauguración tanto de la portada como del alumbrado artístico del recinto ferial. Miles de personas, demostrando sus ganas de fiesta, se desplazaron este sábado hasta el Cortijo de Torres para disfrutar de la primera noche en las casetas, de las actuaciones y también de la inefable calle del Infierno, con todas sus atracciones, tómbolas y carricoches. Málaga llena el Real. Y esto no ha hecho más que empezar.
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El pregón de Alberto Díaz fue el preciso prolegómeno de la primera noche de la Feria en el Real. Todo estaba preparado y dispuesto para que se llevara a cabo la inauguración tanto de la portada como del alumbrado artístico del recinto ferial. Miles de personas, demostrando sus ganas de fiesta, se desplazaron este sábado hasta el Cortijo de Torres para disfrutar de la primera noche en las casetas, de las actuaciones y también de la inefable calle del Infierno, con todas sus atracciones, tómbolas y carricoches. Málaga llena el Real. Y esto no ha hecho más que empezar.
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