Ilegalidad internacional con buen pulso narrativo

El gran mérito del británico Philippe Sands (Londres, 1960) estriba en convertir en literatura algo tan farragoso como el Derecho Internacional, un material laberíntico en el que los litigios entre naciones suelen exponerse, metafóricamente hablando, ‘con papel de fumar’, acompañados de miles de folios y diatribas leguleyas.

Este abogado, profesor de Derecho Internacional, que ha participado en sonados juicios internacionales como los de Pinochet, la guerra de los Balcanes o el genocidio de Ruanda, ya demostró sus habilidades narrativas en obras como ‘Este-Oeste’, que buceó en sus orígenes judíos y los crímenes contra la Humanidad o ‘Ruta de escape’, sobre un criminal de guerra nazi.

La editorial Anagrama acaba de publicar hace unos días ‘La última colonia’, en la que con la minuciosidad de un Sherlock Holmes del Derecho Internacional, reconstruye una ilegalidad cometida por el Reino Unido contra una de sus últimas posesiones coloniales, un litigio internacional del que todavía no se ha cerrado el último capítulo.

Se trata de la deportación forzosa en 1973 de los habitantes del archipiélago de Chagos, en el Océano Índico, y su traslado a la isla de Mauricio, con el fin de despejar el terreno para que Estados Unidos pudiera contar en una de esas islas, la de Diego García, con una base militar.

Como cuenta Philippe Sands, el Reino Unido realizó esta deportación forzosa, con la falsedad de que el territorio no contaba con población permanente, en pleno proceso de descolonización de África y aunque finalmente concedió la independencia a la vecina isla de Mauricio, desgajó una parte de su territorio (el archipiélago de Chagos) para a su vez crear en ella otra colonia, que llamó Territorio Británico del Océano Índico. La maniobra era ilegal y violaba varias normas del Derecho Internacional.

Sands se mueve con soltura y guía al lector por un Mar de los Sargazos repleto de convenciones internacionales, resoluciones de la ONU, demandas entre países, tribunales de Derecho del Mar y fideicomisos, para arribar a puerto seguro.

El acierto del jurista británico, testigo privilegiado de este largo litigio, es haber incorporado el elemento humano, la población de Chagos expulsada de su hogar, personalizada en Madame Liseby Elisé, una chagosiana nacida en 1953 que prestó su testimonio en la Corte Internacional de la Haya. Lo que sigue es una historia de leyes contada con brío, claridad y pulso de buen narrador.