Novela

Rodrigo Fresán: un torrente de (meta) ficción

El escritor argentino publica ‘El estilo de los elementos’ (Random House, 2024), una novela monumental y desbordante aplaudida por la crítica en la que caben todos los juegos, todas las referencias, muchas preguntas y también alguna respuesta

Rodrigo Fresán.

Rodrigo Fresán. / L. O.

No es disparatado que se pueda plantear que las más de 700 páginas de ‘El estilo de los elementos’ (Random House, 2024) equivalen a un largometraje de unas cuatro horas de duración, de esos que cada vez es más común que se estrenen en los cines. La hipertrofia de la creación es un rasgo contemporáneo en el que Rodrigo Fresán (Buenos Aires, 1964) parece sentirse a gusto. Pero semejantes duraciones y extensiones necesitan de una complicidad por parte del receptor, que debe estar dispuesto a unir su destino con la obra en la que ha decidido adentrarse. Así, este artefacto colosal que entrega Fresán es una novela que es muchas novelas, y quizá la suma de todas sea esa gran novela que la crítica ha aplaudido y reconocido, pero también es un monumento al exceso que desborda los géneros, y a veces la paciencia.

Lo que sí parece claro entre tanta cita y referencia con la que Fresán construye esta Torre de Babel es que ‘El estilo de los elementos’ es una obra autobiográfica que gira en torno a la infancia y la adolescencia. Además, este juego un tanto laberíntico también es una novela de amor y un cuento de fantasmas. Y no falta en la receta una parte de crónica política, y también unos cuantos ingredientes más. Hay mucha prosa en las más de 700 páginas de una novela que incluso se documenta a sí misma.

Si algún lector se anima a la aventura de subir esta cumbre, quizá deba conocer la sinopsis que ofrece la editorial, porque sin decir mucho sí revela el tono. Allá va: «Un fantasma viral recorre el mundo y lo contagia sin remedio con el olvido a la vez que lo inmuniza contra toda creencia en el ayer. Y el muy paciente Land -haciendo y deshaciendo memoria- se mueve a lo largo y ancho de su propia historia y de la de quienes rodean y acorralan y jaquean su infancia y adolescencia y madurez a lo largo y ancho de tres Grandes Ciudades. Bienvenidos -de todo corazón- al REC y al REW y al PLAY sin STOP de libros a robar o abandonar o destruir, de fiestas hipnóticas y de funerales en trance, de padres insomnes que sólo quieren ser mejores amigos y de «hijos de...» que sólo sueñan con poder dormir un poco, de Big Vaina y de Nome, de amores que no matan ni mueren sino que se inmortalizan, de escritores fantasmas y de lectores poco confiables, y de verdades y mentiras y secretos escritas o corregidas en azul y rojo».

Fresán intenta contener sus desbordantes ganas de escribir en tres partes, a las que llama Movimientos –Ahí, Allá, y Aquí, según los califica- y de alguna manera también le sirve para estructurar una narración que no cesa de interrumpirse ella misma. A esto le suma una nota final, llamada ‘El método de los agradecimientos’, que con sus más de 20 páginas resulta ser la lista de agradecimientos más extensa y profusa que recuerdo, y que por supuesto se define a sí misma. Sí, todo es monumental en ‘El estilo de los elementos’. Pero en ocasiones, en alguna de las muchas paradas como lector exhausto, no he podido dejar de pensar si Fresán no se limitará a lanzar idas a la pared con la esperanza de que si se quedan pegadas entonces son buena y se quedan –y sospecho que salvó muchas que no se quedaron adheridas a la pared-.

En otros tiempos, recuerdo haber leído muchas reseñas de discos en las que si el álbum era doble y si además el contenido no se distanciaba mucho del repertorio habitual de la banda o intérprete, o si se distanciaba mucho, casi de manera automática se calificaba de autoindulgente y se solía usar el lugar común de criticar que el control de calidad se había relajado hasta el punto de dar todo por bueno solo para llegar a la extensión que se pretendía desde un principio –así le sucedió al disco llamado por muchos ‘Álbum blanco’ de los Beatles, en realidad solo ‘The Beatles’ (1968), que sufrió esos ataques incluso por muchos fans, y siempre he pensado que quienes escribieron esos ataques debían ser sordos-, y ahora creo haber escrito exactamente esa clase de reseña que nunca me gustaba leer.

La libertad de Rodrigo Fresán al escribir ‘El estilo de los elementos’ es envidiable y refrescante, también debe de haber sido una experiencia personal enriquecedora. Y para el lector que se embarque en la lectura de esta novela escondida en sí misma, y lo haga con la actitud de dejarse llevar por sus idas y venidas, su lectura va a estar trufada de muchos momentos de una literatura muy chispeante y sorprendente.

Rodrigo Fresán  Un torrente de (meta) ficción

El estilo de los elementos. / L. O.

El estilo de los elementos

  • Editorial: Random House
  • Precio: 24,60 €