MoYan: sombras chinescas

Editorial Kailas recupera una de las obras del Nobel chino inédita en España, ‘El reencuentro de los compañeros de armas’, donde regresa a las raíces de su vida rural y denuncia las atrocidades de la guerra que sella el destino de miles de campesinos pobres

El Nobel chino Mo Yan.

El Nobel chino Mo Yan. / L. O.

La tradición milenaria, los recuerdos y las transmisiones de hechos históricos y elementos culturales que mantienen viva la cultura de un pueblo en el tiempo y el espacio, más aún en un pueblo como el chino, están presentes y alimentan con sabiduría la narrativa del Premio Nobel chino Mo Yan.

El abuelo paterno de Mo Yan (seudónimo de Guan Moye) era un talentoso narrador, pero el hermano de su abuelo, un herbolario, era aún mejor. De niño, Guan escuchó con entusiasmo esas historias que luego sirvieron de caldo de cultivo para sus narraciones. Guan era un estudiante brillante y muy motivado, conocido por su gran interés por los libros. Cuando estalló la Revolución Cultural en 1966, debió abandonar la escuela en quinto grado porque su entorno familiar no le permitía acceder a la educación superior. Hizo trabajos ocasionales, entre ellos el de pastor de vacas en el pueblo y vigilante de una planta procesadora de algodón.

Guan (Mo Yan) intentó alistarse en el Ejercito todos los años desde 1973, pero no fue aceptado hasta 1976 en el Ejército Popular de Liberación, las fuerzas armadas de su país, donde empezó a escribir.

Del sincretismo entre los cuentos de su abuelo y las vicisitudes pasadas en su periodo militar se gestaron muchas de laa grandes narraciones firmadas por Moyan. Esta de ‘El reencuentro de los compañeros de armas’, escrita en 1992 y que llega ahora a España publicada por Kailas, es una de las mejores.

Hay un tercer garabito del que Mo Yan cuelga sus historias proveniente de la influencia que ejercieron en él autores como Tolstoi, Ivan Turgenev, Kenzaburo Oé o Günter Grass, que le han permitido liberarse de las convenciones del modernismo y especialmente del realismo socialista para centrar su atención en las narraciones tradicionales y natales de sus orígenes .

Así en ‘El reencuentro de los compañeros de armas’, como en otros relatos de Moyan, aparecen esos elementos extraordinarios que están estrechamente vinculados con los mitos, los cuentos folclóricos y otras narraciones fantásticas tradicionales en China.

En ‘El reencuentro de los compañeros de armas’ es el cuento de fantasmas el que aparece (uno de los favoritos de MoYan), siguiendo la tradición fantasmagórica de China, el fantasma tiene asuntos pendientes que no ha podido solucionar en vida y permanece entre los humanos hasta poder solucionarlos.

A nivel más genérico, Mo Yan se esfuerza y consigue presentarnos una historia de corte tradicional y cotidiano, una historia que no está centrada en la nación, pese a las críticas al ejército, sino que refleja las vidas, los sueños y recuerdos de la gente corriente, con los pies en la tierra, describiendo la vida de esas personas, y escribiendo desde el punto de vista de esa gente común.

El oficial del ejército chino Zhao Jin regresa a su aldea. En el camino, su antiguo camarada Qian Yinghao, que murió trece años antes, -aunque esto es sólo un detalle para Mo Yan y sus personajes quienes dialogan como si todo fuera normal- lo llama. Bajo una lluvia torrencial, encaramados en lo alto de un sauce que domina un río crecido, los dos viejos compañeros se reencuentran. Ambos hablan de su juventud, de su vida en el cuartel, de sus historias de amor o de sus temas de revuelta, de sus recuerdos de infancia, de cuarteles y sus esperanzas decepcionadas.

Qian Yinghao y Zhao Jin eran del mismo pueblo y habían trabajado juntos de jovencitos cortando forraje para las bestias y robando juntos calabazas y dátiles rojos.

Las aguas del río habían subido hasta alcanzar las ramas de los árboles. La copa del árbol de los camaradas era como una pequeña isla elevada en medio del diluvio universal, bajo sus pies todo era un mar de agua infinito.

No es un diálogo baladí, Mo Yan pone en boca de sus dos protagonistas el recuerdo de los miles de jóvenes que abandonaron el campo y su pueblo para ir a la guerra, el triste destino de miles de campesinos desarraigados y embaucados por la grandeza de su país. Algunos regresaron, otros no, a causa de las atrocidades de la guerra. Ellos estuvieron en la guerra chino-vietnamita, en 1979 que, pese a su duración de apenas tres semanas, fue extremadamente violenta y destructiva: 28.000 soldados chinos perecieron en la contienda y otros 10.000 vietnamitas.

Por eso las críticas a la guerra y al ejército son constantes: «sé de que materia está hecho el ejército y conozco sus miserias. Soy experto en sangre porque he visto demasiada y de qué va esto de la guerra. Hay gente que siempre se aprovecha». Le dice el anciano padre a su hijo militar.

Hay también mirada irónica y sarcástica, al ejército chino, cuando Zhao Jin le recuerda a Qian Yinghao como su muerte no fue nada heroica ni trágica. Aunque era un artillero excepcional, murió sin ningún heroísmo. Llevaba 18 granadas, una ametralladora, pero una bomba cayó sobre él antes de que pudiera disparar . Pero pese a no disparar un arma ni lanzar una sola bomba lo convirtieron en héroe de guerra y en mártir. Luego, en una pirueta grotesca y corrosiva, los dos camaradas de armas recuerdan los sucesos de los campesinos atrapados en los combates de 1979 en Vietnam, los cementerios de los héroes militares, muertos sin heroicidad e inútilmente.

Es el realismo mágico al estilo de Mo Yan donde mezcla, de forma poética e irónica, la denuncia de la estupidez y la soberbia, con la ternura y acidez de los diálogos y las situaciones. Mo Yan nos trae aquí el retrato de la China más profunda, la de los habitantes de las aldeas rurales, condenados pese a la revolución, a la miseria vital y que les hacen creer que alistarse en el ejercito popular les redimirá a ellos y sus familias de una vida de indigencia. El engaño vestido de Ejército Rojo.

MoYan  Sombras chinescas

Portada del libro de MO Yan. / L. O.

Mo YAN

  • El reencuentro de los compañeros de armas 
  • Editorial: Kailas
  • Traducción: Blas Piñero Martínez
  • Precio:; 22,90 €