Novela

Haruki Murakami, lector de sueños

El Premio Princesa de Asturias de las Letras de 2023 regresa con su nueva novela ‘La ciudad y sus muros inciertos’, en Tusquets Editores, en la que el escritor de ‘Tokio Blues’ nos cuenta una historia donde la realidad es una sombra de la fantasía

Haruki Murakami, premio Princesa de Asturias del año pasado.

Haruki Murakami, premio Princesa de Asturias del año pasado. / L. O.

Santiago Ortiz Lerín

Santiago Ortiz Lerín

Desde la planta 52 del Hotel Park Hyatt Tokyo, uno de los escenarios de la famosa película de Sofia Coppola en este país, se contempla la enormidad de una ciudad en la que, en los años setenta del siglo pasado, un desconocido estudiante y su pareja regentaban un club de jazz. Durante esa etapa el estudiante se convirtió en el escritor que alcanzaría el éxito con su novela ‘Tokio Blues’. En la otra cara del mundo, Tusquets Editores ha venido publicando la obra de Haruki Murakami (Kioto, 1949), es decir, quince novelas de las que, en estos días, se presenta en el panorama de novedades literarias en España la última novela del Premio Princesa de Asturias de las Letras de 2023, ‘La ciudad y sus muros inciertos’, donde los sueños tienen una forma ovalada y se encuentran en una singular biblioteca de una ciudad imaginaria en el país donde la floración de los cerezos es un acontecimiento, y que en los contornos de esta ciudad vive una manada de seres mitológicos, los unicornios. La bibliotecaria es el amor adolescente de un lector de sueños que al principio no reconoce.

El Nobel de Literatura, como tantas veces se ha dicho, continúa teniendo una asignatura pendiente, Haruki Murakami. La literatura fantástica, desde el ‘Gilgamesh’ de los sumerios, pasando por ‘La Odisea’ de Homero, ‘El coloquio de los perros’ de Miguel de Cervantes, o las ‘Historias de cronopios y de famas’ de Julio Cortázar, merecerá siempre un lugar especial en la gran literatura. La fantasía, desde lo real maravilloso, el realismo mágico, o el realismo fantástico que el propio Cortázar defendía en sus charlas de la Universidad de California en Berkeley como situaciones de extrañamiento, sirve en ocasiones como metáfora de situación, como decía el personaje del poeta en la película ‘El cartero y Pablo Neruda’, que las metáforas son cosas que significan otras cosas. En este campo descomunal de la imaginación, que desborda a las mentes racionalistas, entra de lleno en el siglo XXI Haruki Murakami, donde los seres humanos se desdoblan entre sus personas físicas y sus sombras, de las cuales han de desprenderse para entrar en la ciudad de los unicornios. Murakami combina el amor adolescente con un mundo surrealista de fantasía, que logra llevar consigo al lector, una historia que nos cuenta a través de un narrador protagonista que habla en segunda persona para referirse a su amor perdido, una sombra de la persona real, que vive en esa ciudad donde se guardan sueños en una biblioteca y que solo pueden ser leídos por lectores con un características particulares para este trabajo.

En la literatura japonesa hay obras notables de literatura fantástica que se han publicado en nuestro país en los últimos años, desde la famosa novela ‘Soy un gato’ de Natsume Soseki a ‘La policía de la memoria’ de la extraordinaria Yoko Ogawa, por poner un par de ejemplos. Murakami fue lector de Kafka, de quien se celebra este año el centenario de su fallecimiento, y de Gabriel García Marquez, uno de los precursores, junto con Alejo Carpentier y Juan Rulfo, del realismo mágico en el Boom latinoamericano.

En esta novela de Murakami se transmite la melancolía por el amor que se idealiza en la adolescencia, donde se establece una fuerte conexión entre dos personas para mitigar la soledad, y que entran en contacto a través de un concurso de redacción en su etapa escolar. Digamos que fue un cuento que Murakami convirtió en novela, donde el protagonista se olvidó de pasar página con el amor que tuvo a los diecisiete años. Y para tener una mejor perspectiva de esta novela conviene recordar una charla que el autor mantuvo con estudiantes de un instituto de secundaria en Avilés, en octubre del año pasado, cuando recibió el Premio Princesa de Asturias: «los que no sacáis buenas notas seréis mejores novelistas». Esta reflexión de Murakami fue entendida como que lo que necesita un escritor no es capacidad para hacer eruditos análisis literarios, sino capacidad de contar las cosas.

Una narración brumosa que sigue como hilo narrativo la ausencia de ella, a quien el protagonista busca desesperadamente en el recuerdo, digamos, como si la novela fuese un largo flashback donde, por momentos, se alternase el mundo real con esa ciudad fantástica rodeada por una muralla que vigila un guardián, y a donde el protagonista entra renunciando a su sombra para leer viejos sueños, cuya lectura, como técnica narrativa que utiliza Murakami para contar la historia, es fraccionada y por momentos desenfocada. Esta ciudad del lector de los sueños es, sin ninguna duda, digna de la ‘Guía de lugares imaginarios’ de Alberto Manguel y Gianni Guadalupi, donde a modo de diccionario se recogen los lugares fantásticos de la literatura universal.

Hay un momento en que Murakami, con un discurso narrativo de carácter intimista en la novela, sentencia: «(...) los sueños no dependen de quien los sueña, se presentan ante nosotros de golpe, provenientes de algún lugar, al dictado de alguien, y no pueden modificarse a voluntad».

	Haruki MurakamiLector de sueños

Portada de la última novela de Murakami. / L. O.

Haruki Murakami

  • La ciudad y sus muros inciertos
  • Editorial: Tusquets
  • Traducción: Juan F. González Sánchez 
  • Precio: 18,90 €